Un total de 30 trabajadores ya forman parte de la plantilla de la planta de Herba en Jerez de la Frontera, la nueva factoría de arroz precocinado y pasta fruto de la reconversión que en el último año ha experimentado la antigua fábrica de envasado de leche Lactimilk, filial del Grupo Ebro Puleva, en Jerez.

El consejero de Empleo, Antonio Fernández, inauguró la nueva actividad de las instalaciones jerezanas, justo un año después de que su Consejería firmara con el Grupo Ebro Puleva un acuerdo para la transformación de esta factoría, que iba a cesar su trabajo de envasado de leche y a firmar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) ante el escaso volumen de producción y la baja demanda del producto. La nueva planta prevé comenzar la producción en el plazo de un mes.

El acuerdo, firmado a principios de mayo de 2005, contemplaba la creación de una empresa para la elaboración de pastas, cous-cous y arroces precocinados, envasados en formato doy pack, y dirigidos al mercado europeo. El proyecto original se ha visto incrementado con dos líneas de vasitos para cubrir la demanda de las distintas marcas del grupo: Brillante, Reis Fit, Bosto, Taureau Ailé, Gourmet House, etc. En formato doy pack estarán los productos de Panzani, Lustucru, Taureau Ailé y Nomen.

La planta, que ya ha sido adaptada, ya ha comenzado a hacer las pruebas de fabricación necesarias para su puesta en marcha y se estima que en un mes comenzará la producción, una vez que finalicen algunos trámites administrativos. Cuenta con una plantilla de 30 personas con dos turnos de fabricación, que será ampliada a lo largo de los dos próximos años con nuevas incorporaciones, según la evolución de las ventas y el lanzamiento de nuevos productos. Los trabajadores, que mantienen los mismos salarios que en sus antiguos puestos de trabajo en Lactimilk, han pasado por un período de formación teórica en Jerez y han completado su preparación práctica en la fábrica que Herba tiene en San Juan de Aznalfarache (Sevilla).

Para el consejero de Empleo, la reconversión de la factoría es resultado de una política de diálogo social y entendimiento entre las partes, con una honda tradición en Andalucía. De este modo, Antonio Fernández reconoció el esfuerzo de la empresa, que se abrió al diálogo para buscar alternativas para el mantenimiento del nivel de renta de los trabajadores de la antigua planta de Lactimilk y para la creación de riqueza para Jerez a través de una actividad emergente. También elogió la flexbilidad de los propios trabajadores, al tiempo que recordó la continua apuesta de la Junta de Andalucía por el diálogo social como garante del empleo y el desarrollo económico de la comunidad.