Una muestra sobre el poliédrico arquitecto y su universo personal y artístico

El Museo ICO expone ‘Saénz de Oíza. Artes y oficios’, una muestra que recorre la vida de Francisco Javier Sáenz de Oíza, uno de los arquitectos más relevantes del panorama nacional. Con esta propuesta, el Museo ICO se suma a las actividades de conmemoración del centenario del nacimiento del artista. La colección, que se podrá visitar hasta el 26 de abril, se divide en cinco espacios u ‘oficios’, en referencia a cinco estados de conocimiento del autor. Oficios y artes que se interrelacionan y complementan: el oficio de aprender y el arte de enseñar; habitar y construir; el alma y evocar; creer y el arte del mecenazgo y, por último, competir y el arte de representar.

Mediante piezas casi en su totalidad inéditas, cerca de un 70% de las 400 mostradas, la exposición presenta el mundo personal de Sáenz de Oíza junto a su obra arquitectónica y recoge un repertorio de planos, cuadros, esculturas, maquetas, cerámicas, obras, momentos y objetos personales que componen la baraja de cartas con la que le gustaba jugar en sus clases, charlas y conferencias. También está representada la obra de amigos de su entorno con los que compartió proyectos -la Basílica de Arantzazu es el ejemplo más emblemático- y trayectoria artística y vital como son, entre otros, Eduardo Chillida, Lucio Muñoz, Pablo Palazuelo, Antonio López, José Antonio Sistiaga y Jorge Oteiza.

Al tratarse de una exposición sobre la persona de Sáenz de Oíza, los espacios no están ordenados en torno a la cronología de su obra. Su recorrido no pretende explicar la vida, proyectos o pensamientos oizianos, sino inspirar y provocar emociones e interpretar la arquitectura y el dibujo del arquitecto como otra forma de arte.

Su hijo Javier Sáenz Guerra, arquitecto y uno de los tres hermanos comisarios de la exposición, apunta: “él nos explicaba que no consideraba los museos como un almacén para ver, sino un espacio para imaginar y, a partir de ahí, crear.” Sáenz de Oíza incitaba a hacer y solía decir que ‘el que no hace, critica’. Fiel a este espíritu, el Museo ICO lanza, en esta exposición, la misma propuesta a sus visitantes, en especial los jóvenes: concluir la visita con el ánimo de hacer, de ser creativos y de aportar soluciones.

Esta exposición es un ejemplo más del compromiso del Museo ICO con la difusión y el conocimiento de la arquitectura. Además de acercar al gran público la figura del maestro Oíza, la generosidad del comisariado conformado por tres de sus hijos y de los prestadores ha hecho posible ofrecer a los visitantes su obra en simbiosis con la de un grupo de creadores imprescindibles del siglo XX. La escultura, la pintura, la fotografía y la arquitectura entablan un diálogo excepcional en las salas del museo.