¿Cuáles son las expectativas y exigencias de cada integrante de la pirámide alimentaria?

En la cúspide de la pirámide están las personas y sus necesidades de alimentación. Su expectativa debe ser, cuanto menos, que los alimentos que se consuman sean seguros y estén libres de peligros (como plaguicidas, sustancias químicas de origen industrial, bacterias o cualquier otro agente contaminante o no deseado).

Para que esto se cumpla todos tenemos una cierta responsabilidad, que se concreta en el tipo de alimentos que compramos cuando vamos al supermercado. Es importante fijarse en el etiquetado de los alimentos y comprobar que en toda la cadena de producción se ha cuidado la calidad y la seguridad alimentaria. Como consumidores debemos ser exigentes y saber diferenciar y valorar aquellos alimentos que se producen de forma segura y responsable. De este modo pondremos la calidad y la seguridad por encima de otros aspectos, como el puramente económico.

Esta misma responsabilidad sería exigible de los establecimientos de gran distribución, en la medida en que sirven de enlace entre la producción y el consumo. Es un eslabón importante y el más cercano al consumidor final, por lo que también debe velar por que se pongan en el mercado alimentos seguros.

En un nivel inferior en la pirámide encontramos a los animales que nos proveen de alimentos. Sus responsables son los ganaderos, cuyas expectativas están en conseguir la mayor producción posible. Pero debe ser una producción responsable, sostenible y de calidad, por eso es su responsabilidad el cumplimiento de unos correctos estándares de calidad y seguridad alimentaria, así como las normas de bienestar animal. Deben realizar una producción segura porque el consumidor, como destinatario final de sus productos, así lo requiere, y para ello deberá exigir ese mismo nivel de calidad a las empresas que le provean de alimentos para sus animales.

Bajamos así al siguiente nivel de la pirámide: la fabricación de piensos para alimentación animal.

Puesto que los consumidores se preocupan por la calidad de los productos y exigen a los ganaderos unos estándares de seguridad en los alimentos, los ganaderos deben exigir a su vez a los fabricantes de piensos esos mismos estándares de calidad y seguridad en los piensos que compran para sus animales.

En Andalucía viene funcionando un sistema de control de calidad de las materias primas utilizadas en la alimentación animal, SICALIA, puesto en marcha por la Asociación de fabricantes de piensos de esta región. Este sistema viene a reforzar el control interno que cada empresa tenga implantado en sus fábricas, demostrando así un plus en su compromiso de transparencia y calidad.

De este modo se contribuye a suministrar alimentos seguros a los ganaderos y cumplir sus expectativas y exigencias, aplicando códigos de buenas prácticas en la fabricación de piensos con transparencia y prevención.

Y bajamos por fin a la base de la pirámide: las materias primas.

Trigo, maíz, soja, cebada, girasol… todas las materias primas utilizadas en la elaboración de los piensos deben ser seguras, y los fabricantes de piensos deben exigir que así sea.

Vemos por tanto que la seguridad alimentaria es responsabilidad de todos, en la medida en que todos debemos exigirla y valorarla, premiando a aquellos productores que se preocupan por poner en el mercado alimentos seguros y que cumplan con unos estándares de calidad.

La seguridad alimentaria es un valor que debe ponerse por encima de cualquier otra consideración, especialmente la económica, y es responsabilidad de todos exigir que así se cumpla.

 

Mercedes Sampedro Mercedes WEB

Abogada

Directora de AFACA

 

Artículo incluido en la revista de abril de Agenda de la Empresa