El PIB regional decreció en ese periodo un 4,3%

La crisis causada por la pandemia del COVID-19 y las posteriores medidas adoptadas para la protección de la salud a partir de la declaración del estado de alarma han provocado un importante impacto en la economía andaluza, de forma que en el primer trimestre de 2020 las ramas primarias acumularon un descenso del 2,8% y la actividad industrial registró una caída del 9,4%.

Después de que el pasado 5 de mayo el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), dependiente de la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad, avanzara que el PIB descendió en ese periodo un 4,3% respecto al mismo periodo del año anterior, este jueves ha publicado toda la información desagregada sobre la Contabilidad Regional Trimestral desde las perspectivas de la oferta, la demanda, la renta y el empleo.

Ese retroceso del PIB andaluz es la mayor caída trimestral registrada en la serie histórica aportada por el IECA, ya que hasta ahora, el descenso trimestral más acusado del PIB fue el producido en el segundo trimestre de 2009, cuando el retroceso fue del 4,2%. Ese ejercicio cerró con un decrecimiento del 3,6%. En términos intertrimestrales, es decir en comparación con el último trimestre del pasado ejercicio, el crecimiento del PIB regional en el primer trimestre ha sido del -5,4%, dos décimas inferiores a la registrada para el total de España en el mismo periodo (-5,2%).

Atendiendo a los dos grandes componentes del PIB andaluz, en el primer trimestre del año la demanda regional ha restado 4,7 puntos al crecimiento del PIB, por lo que el saldo exterior presenta una aportación positiva de cuatro décimas al crecimiento trimestral.

Por componentes de la demanda, el gasto en consumo final de los hogares regional registró un descenso del 7,1%, descontando 4,5 puntos al crecimiento trimestral de la economía andaluza. El gasto en las Administraciones Públicas e instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares se apuntó, en cambio, un crecimiento del 3,8% en el primer periodo del año, aportando nueve décimas al PIB de la comunidad. De esta forma, el gasto en consumo final en Andalucía decreció un 4,1%, restando 3,6 puntos.

La formación bruta de capital, por su parte, registró una tasa del -6,6% en el primer trimestre de 2020, lo que supone una repercusión negativa sobre el PIB de 1,1 puntos.

En cuanto a los agregados del sector exterior, tanto las exportaciones de bienes y servicios como las importaciones, arrojaron ajustes negativos del 8,5% y del 8,4%, respecto al mismo trimestre del año anterior.

En cuanto a la oferta, las ramas primarias acumularon un descenso en su actividad del 2,8%, descontando dos décimas al crecimiento del PIB de Andalucía. Las ramas industriales sufrieron una caída de su tasa interanual del 9,4%, siendo su aportación al PIB de -0,9 puntos. La industria manufacturera cerró con una tasa negativa del 6,3%. Por su parte, el sector de la construcción tuvo una caída del 8,3%, con una aportación negativa de cinco décimas al crecimiento del PIB del primer trimestre de la comunidad. El sector servicios en su conjunto presentó en ese trimestre una tasa de decrecimiento del 3,3%, generándose una aportación negativa al PIB de -2,2 puntos.

Por subsectores, todas las ramas registraron descensos, excepto las actividades financieras y de seguros y la Administración Pública, sanidad y educación, con incrementos del 6,0% y 2,2%, respectivamente. En el extremo contrario, los sectores que se apuntaron mayores retrocesos en su actividad en el primer trimestre de 2020 fueron las actividades artísticas, recreativas y otros servicios, junto con el comercio, transporte y hostelería, con tasas del -10,0% y del -8,8%, respectivamente.

La Contabilidad Regional Trimestral analiza también la incidencia de la creación de puestos de trabajo en el comportamiento general de la economía andaluza. Así, la comunidad registró una caída del 2% en puestos de trabajo totales -no equivalente a número de empleados, ya que una misma persona puede ocupar uno o varios puestos de trabajo-. Igualmente, se observa una disminución en el número de puestos de trabajo asalariados del 2,2%, debido principalmente a la bajada sufrida en el número de asalariados en las actividades recreativas (-8,6%) y en la construcción (-7,6%).

Atendiendo a la perspectiva de las rentas, la remuneración de los asalariados experimentó en este periodo una mejora del 0,3%, mientras que el excedente de explotación bruto/renta mixta decreció un 6,7%.

Una tendencia interrumpida

Hasta mediados de marzo de este año, la economía andaluza presentaba signos de moderación, estimándose un crecimiento del PIB algo inferior al del año 2019, en torno al 1,5%, pero en cualquier caso superior al del conjunto de la Zona Euro. Ese ritmo de avance hubiera permitido rebajar la tasa de paro regional del 20% y proseguir con la creación de empleo, hasta situarse la población ocupada próxima a los 3,2 millones de personas.

Tomando como referencia todo el año 2019, la economía andaluza cerró el ejercicio con un crecimiento del 2,1%, una décima por encima de la tasa registrada a nivel nacional (2%) y nueve décimas superiores al valor de la Eurozona (1,2%). Ese balance ponía de manifiesto que el PIB regional mantenía un dinamismo superior respecto de las economías española y europea. Desglosado por trimestres, el cuarto trimestre del pasado año la economía andaluza arrojó un saldo positivo del 1,9%, en el tercer trimestre ese porcentaje se situó en el 2%, en el segundo trimestre la tasa fue del 2,2% y en el primer trimestre, del 2,3%.

Pero este escenario ha sido corregido por las circunstancias extraordinarias asociadas a la pandemia, que han provocado una paralización de gran parte de las economías mundiales.