A consecuencia de la crisis del coronavirus

El indicador de estrés de los mercados de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) refleja un aumento significativo del nivel de estrés en el sistema financiero a consecuencia de la crisis del coronavirus.

En particular, el indicador aumentó de forma sustancial en marzo al pasar de 0,19 a 0,56. En abril y los primeros días de mayo siguió aumentando, con menos intensidad, situándose en 0,65, su tercer mayor registro desde que se realiza dicho indicador. Este valor implica un nivel de estrés alto (por encima de 0,49) y se debe a un aumento de la incertidumbre en todos los segmentos del sistema financiero contemplados que, además, muestran una mayor correlación entre sí.

El informe destaca el “giro radical” del contexto macroeconómico español a raíz de la crisis respecto a la tendencia de leve desaceleración económica que se observaba en 2019. Las medidas que ha habido que implementar, de aislamiento y, en consecuencia, de paralización de buena parte de la actividad económica, se han traducido de forma inmediata en aumentos del número de desempleados y del número de empresas en riesgo de cierre.

Los pronósticos de las instituciones más relevantes sitúan la contracción del PIB para este año en un rango entre el 7% y el 14%, la mayor registrada en la historia. El resultado final, señala, depende de “numerosos factores” entre los que destacan la duración de la crisis sanitaria, la efectividad de las medidas adoptadas por el gobierno y por las
instituciones europeas, el ritmo e intensidad de la recuperación de la actividad en sectores clave para el país como, por ejemplo, el turismo y, finalmente, la repercusión de los posibles cambios en los patrones de consumo de los agentes.

“Uno de los principales retos económicos reside en lograr conjugar la adopción de las medidas necesarias para paliar la crisis con la preservación de la sostenibilidad de las finanzas públicas a medio plazo”, apunta.

Los mercados financieros nacionales experimentaron “fuertes turbulencias” en marzo, que tendieron a atenuarse en abril. En los mercados de renta variable se observaron caídas “muy significativas” en las cotizaciones y “aumentos históricos” de la volatilidad, que acabaron propiciando la adopción por parte de la CNMV de restricciones a la
operativa en corto, que siguieron otras jurisdicciones europeas. “Estas restricciones, que finalizaban el 18 de mayo, no fueron prolongadas”, recuerda.

Por su parte, en los mercados de deuda se observó un “tensionamiento” de las primas de riesgo, que “perdió intensidad” tras las diferentes medidas adoptadas por el BCE. Estas “turbulencias” dieron lugar a un aumento de los
reembolsos netos en los fondos de inversión que, no obstante, fueron atendidos “sin problemas significativos”. Concretamente, los reembolsos estimados en media en marzo-abril fueron de algo más del 2% de su patrimonio, aunque afectaron en mayor medida a algunos tipos de fondos y se concentraron especialmente en el mes de marzo.