Provocó en el segundo trimestre una pérdida de horas de trabajo equivalente a 495 millones de empleos

La pérdida de horas laborales a escala mundial durante los primeros nueve meses del año fue “sustancialmente mayor” que la prevista en la edición anterior del estudio, según el informe ‘La COVID-19 y el mundo del trabajo‘.

El documento detalla que la revisión de las estimaciones de pérdida de horas de trabajo a nivel mundial para el segundo trimestre de este año con respecto al cuarto trimestre del pasado, indican que hubo un retroceso del 17,3%, equivalente a 495 millones de empleos de tiempo completo. La proyección inicial era de un 14%.

Para el tercer trimestre de este año se prevé una leve mejoría con la pérdida del 12,1% de horas de trabajo a escala mundial, mientras que para el cuarto la cifra se ubicaría en un 8,6%. Este resultado supondría un aumento del 4,9% respecto a la anterior previsión de la OIT.

La revisión al alza de la pérdida de horas laborales se debe a que los trabajadores de las economías en desarrollo y emergentes, en particular en el sector informal, se han visto mucho más afectados que en crisis anteriores.

Al mismo tiempo, se atribuye la reducción de empleo “en mayor medida al grado de inactividad que al nivel de desempleo, lo que conlleva amplias consecuencias en materia de adopción de políticas”.

Gran caída de ingresos

“Durante los tres primeros trimestres del 2020, los ingresos provenientes del trabajo a escala mundial han disminuido alrededor de un 10,7%, a saber, 3,5 billones de dólares con respecto al mismo período de 2019”, destaca el organismo que especifica que la cifra “no incluye los efectos de las medidas adoptadas por los gobiernos para sustentar el nivel de ingresos”.

La mayor caída de ganancias provenientes del trabajo se produjo en los países de ingresos medianos bajos, donde alcanzó el 15,1%, mientras que la región más afectada fue América, donde se registró una pérdida del 12,1%.

Los paquetes de ayudas, solo para los países ricos

El informe también analiza la efectividad de los incentivos fiscales para atenuar los efectos de la COVID-19 en el mercado laboral y constata que, a mayor alcance de estas medidas, menor es la pérdida de horas de trabajo registrada .

Aunque estas disposiciones ayudaron a fomentar la actividad económica y atenuar la pérdida de horas de trabajo, se han aplicado sobre todo en países de ingresos altos, “habida cuenta de la limitación de recursos de los países emergentes y en desarrollo para financiar esas medidas”.

Para que los países en desarrollo alcancen la misma relación entre el valor resultante de la aplicación de medidas de incentivo fiscal y el asociado a la pérdida de horas de trabajo que existe en los países de ingresos altos, tendrían que invertir 982.000 millones de dólares suplementarios (45.000 millones de dólares, en el caso de los países de ingresos bajos, y 937.000 millones de dólares, en el caso de los países de ingresos medianos bajos).