Tal y como deseaba, el ministro de Industria, Turismo y Comercio, José Montilla, tiene el camino expedito para nombrar a una persona de su confianza al frente de la Comisión nacional del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). Su presidente, Carlos Bustelo, arrojó hace días la toalla y ayer materializó su decisión de dimitir con el envío de sendas cartas al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a la subsecretaria del Ministerio de Industria, María Teresa Gómez.

En la misiva, Bustelo justifica su decisión por «las dificultades opuestas para llevar a cabo el complejo y delicado proceso de trasladar la sede de la Comisión a Barcelona». El ya ex presidente seguirá en su cargo de forma interina para atender los asuntos más urgentes de la institución pública hasta la designación de su sucesor, aunque el día a día de la CMT lo atenderá su vicepresidenta, Elisa Robles Fraga.

La renuncia fue aceptada de inmediato por José Montilla, quien desde finales de febrero guardaba un as en la manga para «desbloquear» el proceso de traslado de la sede a la Ciudad Condal: proponer al Consejo de Ministros la ratificación de un nuevo real decreto, complementario al aprobado el pasado 30 de diciembre, pero esta vez mucho más detallado y preciso, al punto de que iba a recoger entre otros aspectos el nombre y apellidos de los 140 trabajadores del organismo regulador afectados por el cambio.

La presión ministerial, la falta de apoyo político por parte del PP (roto en última instancia por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre), el escaso margen de maniobra que le quedaba y las dificultades para alcanzar un acuerdo satisfactorio con el revuelto colectivo de trabajadores han hecho innecesario el impulso del citado real decreto.

Montilla aprovechó ayer su presencia en el Congreso para manifestar su «respeto» por la «decisión personal» y confirmar que la dimisión de Bustelo no afectará a la «firme determinación» de trasladar la sede a Barcelona en el transcurso de 2005. El ministro añadió que «si el señor Bustelo se sentía incómodo en estos momentos ejerciendo su cargo, no tengo más que respetar su decisión». Concluyó precisando que el consejo de la CMT adoptó las medidas para «el despliegue del acuerdo del Gobierno» de trasladar la sede a Barcelona, «no necesariamente respondiendo a la voluntad única del presidente, sino a la colectiva», informa Efe.

El ministro de Economía, Pedro Solbes, manifestó que entendía la decisión de Bustelo, ratificó que el traslado de sede seguirá su curso y subrayó que «puedo entender que quien esté trabajando en Madrid prefiera seguir haciendo las cosas como siempre, pero el Gobierno ha tomado una decisión que, por otra parte, tiene gran lógica, de empezar una cierta redistribución de actividades a lo largo de otras regiones, que también son país».

El portavoz de Industria del grupo Parlamentario Popular, Fernando Castelló, señaló que Bustelo «es una víctima más de la prepotencia y arrogancia de Montilla, que cuenta además con el beneplácito de Zapatero». A su juicio, la dimisión «se debe únicamente a la crisis abierta de manera innecesaria por el Gobierno, y especialmente por el ministro de Industria, José Montilla, al tomar la decisión unilateral de trasladar la CMT a Barcelona», que calificó de «decisión política».

Josep Antoni Duran i Lleida, portavoz de CiU en el Congreso, calificó de «lógica» la dimisión de Bustelo teniendo en cuenta la «confrontación» que ha mantenido en las últimas semanas con el Ministerio de Industria. Sobre el posible sucesor, dijo que «el Gobierno es libre de designar a quien quiera, pero sería buena una cierta continuidad y que se designara a alguien que conociera bien la casa. El mismo PSOE tiene personas en la propia CMT que conocen bien la casa». Finalmente, el diputado de IU por Madrid y portavoz de Economía de Izquierda Verde (IU-ICV), Ángel Pérez, expresó su confianza en que la salida de Bustelo «abra una nueva etapa más favorable» para que se desbloquee la situación laboral.

El sucesor de Bustelo, que deberá agotar el mandato para el que éste fue elegido -seis años a partir del 19 de diciembre de 2002-, será propuesto conjuntamente por los ministerios de Economía e Industria y nombrado a través de un real decreto por el Consejo de Ministros. Previamente, José Montilla deberá comparecer ante la Comisión de Industria para informar sobre el candidato pactado con Pedro Solbes.

Entre los nombres que ayer se barajaban como posible sustituto de Bustelo figura Rafael Suñol (Barcelona, 1944), amigo personal de Montilla y con una amplia trayectoria profesional en la vida pública y económica española. Entre otros cargos, Suñol ha sido consejero delegado del Banco de Fomento, presidente del Banco de Crédito Industrial, consejero del Instituto de Crédito Oficial (ICO), vicepresidente de Fecsa, vicepresidente del Club de Empresarios y consejero de Ericsson España y de Endesa.