Comisariada por Almudena Ríos, cuenta con más de setenta obras entre fotografías y fotografías-objeto

El título de la muestra Ausencia tiene como origen una reflexión de la artista acerca del vacío que deja su hijo cuando se marcha, aunque finalmente hace referencia a la falta de presencia de los padres en la vida de su hijo. La muestra recoge una serie de inquietudes que han hecho crecer como persona y como artista a Vázquez Ayala a través del sentimiento de ausencia en aspectos cotidianos de la vida.

La exposición recoge una selección de casi una decena de las series más importantes de su trayectoria artística compuesta por casi ochenta fotografías o fotografías-objeto de diferentes formatos que recorre el período de 2010 hasta 2019.

Las obras de Mónica Vázquez Ayala se caracterizan por la creación de espacios donde destaca la pintura, la escultura, la instalación o la acumulación de objetos que junto a la presencia de la figura humana forman una composición escénica que otorga de sentido a su obra.

Algunos de los aspectos fundamentales en las piezas de la artista son el empleo de la desnudez de la figura humana como herramienta para completar de significado sus obras y materiales desechables o residuos como metáfora a la negatividad o conflictos que rodean al ser humano.

La artista otorga de significado todos los detalles que giran en torno a su obra a través de la disposición de los objetos o desechos a modo de horror vacui recreando escenarios, que en ocasiones, se acercan a lo kitsch o están influidos por obras clásicas de la historia del arte.

En esta última etapa, Mónica Vázquez Ayala se ha centrado en la recreación de algunas de las fotografías perteneciente a algunas de sus series empleando la técnica del 3D o el collage, donde superpone capas de la misma foto y/o recorta diferentes elementos consiguiendo este efecto, denominadas fotografías-objeto o fotografías intervenidas.

En sus obras se observan influencias de artistas como Eugène Atget, Robert Capa o Julio Ubiña por su forma de tratar lo cotidiano, Hausmann por la combinación de elementos contradictorios, Man Ray por su fascinación y sus matices surrealistas en algunas ocasiones, o el aspecto poético de Boubat.

Espacios abandonados como oficinas, villas, prostíbulos o la propia casa de artista protagonizados por personas desnudas sirven como escenario de la serie Abandoned places: The Witness and the hermit compuesta por 12 obras realizadas entre 2013 y 2019. Obras como Keep Smiling (2017), Recojo mis pedazos (2015) o Abandoned Places (2016) representan la decadencia que se esconde tras la basura emocional que acumula el ser humano evitando dejar paso a los momentos sanos.

La serie Estudio sobre la vulnerabilidad compuesta por 5 fotografías realizadas en 2014 gira entorno a la búsqueda de la conexión con el interior de uno mismo. La idea está representada por obras en blanco y negro, algunas de ellas intervenidas, con la desnudez de ella misma como protagonista, ejemplo de ello son las obras ¿Hay alguien ahí? (2014) o Yo soy tú (2014).

Mitología, dioses, héroes y fetiches literarios o artísticos son algunas de las temáticas representadas por personajes recurrentes en la serie N3V3ER 83 4 R0807 (Never be a robot) compuesta por 9 fotografías realizadas entre 2016 y 2018 como Neptuno (2016), o El Principito (2016). Dentro de esta serie cabe destacar la obra Diente de sable (2018), en el que la artista critica como las personas se castigan buscando situaciones y pensamientos que le generen dolor.

Un juego de luces que se deja ver a través de una ventana, objetos cotidianos, estancias habitadas por otras personas a las que no pertenecieron en su origen o la usabilidad de la estancia son el punto de partida de la serie compuesta por 14 fotografías: La salita verde de mi abuela Aurora. La artista pretende establecer una conexión entre los objetos y la memoria, ya que la habitación perteneció a su abuela.

La serie titulada About the moon refleja la importancia de la simbología de la luna respecto a la feminidad, la intuición, la fecundidad o soledad en comparación con la mujer, donde ambas, ejercen un poder de belleza en todos los sentidos y de amor propio.

Una mujer desnuda con los ojos tapados enredada en un escenario creado por telas estampadas o traslúcidas crean la serie Keep smiling a través de la cual la artista realiza una crítica al positivismo tóxico.

Su serie titulada El ojo dormido de Dios / El ojo abierto de Dios o Cardumen simboliza el sentimiento de unidad o empatía del ser humano que no es capaz de usar. Esta idea es representada a través de sus obras Cardumen (2019) o El ojo dormido de Dios (2019) donde muestra grandes laberintos en colores vivos o monocromáticos con la silueta de delfines junto a la desnudez de una mujer.

La última serie de la exposición es People with angel, en ella, se muestra una selección de 23 retratos que la artista realiza a personas cercanas como familiares o amigos en diferentes espacios cotidianos donde busca destacar ese rasgo especial que los hace únicos o conocidos como personas con ángel.

Mónica Vázquez Ayala (Madrid, España, 1972) estudió fotografía analógica y laboratorio en Barcelona, además de laboratorio de imagen, y otras disciplinas como joyería, diseño de joyas y Gemología en Madrid. Entre las exposiciones individuales que ha realizado la artista destacan MALA MADRE O AUSENCIA en Huber Art and Food, Marbella, Málaga (2019). N3V3R 83 4 R0807 en la Galería Ignacio del Río, Málaga, (2016), “Rescatando Al Artista”. Retrospectiva y análisis de la obra de la artista por el crítico e historiador de arte José Manuel Sanjuan, Museo Del Grabado Español Contemporáneo, Marbella, Málaga (2015) o  El Espejo De La Panadera en el Museo Del Molino De Ojén, Málaga (2005), entre otras.