Este miércoles, el primer ministro británico se reunirá con la presidenta de la Comisión Europea

Ambos líderes toman las riendas de las negociaciones para tratar de sacarlas del callejón sin salida en el que se encuentran a solo tres semanas de que acabe el año y se consume un “divorcio por las malas”, sin marco comercial, entre el Reino Unido y la Unión Europea.

El Gobierno británico hizo este martes un gesto para favorecer el compromiso, al retirar las polémicas cláusulas legales que le permitían violar unilateralmente el pacto con la Unión Europea sobre la frontera de Irlanda del Norte, considerado un pilar clave del acuerdo de separación entre las dos partes.

Sin embargo, las diferencias siguen siendo profundas en cuestiones como los derechos de pesca, las reglas de competencia y los mecanismos para resolver disputas en el futuro. Johnson trata de no perder la cara y demostrar que tiene la sartén por el mango.

Sin acuerdo antes de que acabe el año, los intercambios entre la Unión Europea y el Reino Unido se regirán por las reglas generales de la Organización Mundial del Comercio, aduanas y aranceles incluidos, lo que tendría consecuencias desastrosas para ambas partes.