Como todos los años en estas fechas, procedemos al análisis de los Presupuestos Generales para Andalucía en lo que a trabajo autónomo se refiere. Para el próximo 2021, en este sentido, las cuentas son básicamente las mismas que para este extraño 2020, con una leve redistribución de las partidas para incorporar la incidencia de la crisis que la COVID-19 está produciendo que asciende a seis millones de euros.
No obstante, es previsible e inevitable, que todo en este tiempo, gire en torno al tsunami que ha supuesto la pandemia en nuestra economía y tenemos que reconocer el esfuerzo que desde las administraciones se está realizando para hacerle frente, teniendo en cuenta que los recursos son limitados y es imprescindible reforzar nuestro sistema sanitario.
Pero me sigue llamando la atención, como ya ocurriera el Presupuesto para 2020, la poca importancia que le da este Gobierno al tejido asociativo que aglutina y representa al trabajo autónomo andaluz, al que no se hace ninguna mención en toda la Memoria de la Consejería competente. Me llama la atención y me entristece, que este “olvido” además en la práctica se manifiesta con la firma de acuerdos solo con una parte de este tejido asociativo.
Esto, quizás, no es más que un reflejo de falta de altura de miras de nuestra clase política, que en el peor de los momentos es incapaz de alcanzar consensos y se sigue, desgraciadamente, haciendo un uso partidista de las nefastas, terribles y temibles consecuencias de la pandemia en términos de vidas humanas y también de vidas económicas.
Ayer, escuchaba el testimonio de una autónoma que ante las nuevas, e inevitables, restricciones a la actividad, decía que “prefería morir de COVID-19 que morir de hambre” ante la insostenible situación que atraviesa su negocio. Y hasta ahora, desde la posición de representatividad que ostenta la entidad a la que represento, hemos intentado transmitir, en un ejercicio de lealtad institucional que dichas medidas son inevitables y muy difíciles de tomar y hemos puesto toda nuestra estructura y conocimiento de la realidad al servicio de todas las administraciones para buscar las mejores y más efectivas soluciones para intentar paliar los efectos de esta crisis.
Sin embargo, esta disposición parece ser unilateral por nuestra parte, ya que el Gobierno de la Junta aún haciendo alarde del diálogo social, éste solo se mantiene con una parte de los agentes. Ante la falta de grandes acuerdos de estado a nivel político, el diálogo social y la gobernanza era lo único que daba consistencia a la toma de estas difíciles decisiones. Si además de la dureza de las mismas, el gobierno no busca un respaldo amplio entre la sociedad y los destinatarios, algo muy peligroso está pasando. Porque si en una sociedad avanzada como la nuestra, democrática, el diálogo social es piedra angular, en un momento como el actual debería de serlo, aún más.
Y no lo digo porque las decisiones tomadas sean malas y considero que se habrán tomado con la mejor de las intenciones, pero la colaboración de todos y la búsqueda de consensos no hace sino mejorar y lograr un mayor alcance de los efectos que con ellas se buscan. Por eso lamento, profundamente, que no se tenga en cuenta a una parte importante de la representación del colectivo. Porque si sumamos las partes que nos hemos quedado fuera, casi que somos más que las que han entrado. Y eso, quien gobierna para todos los andaluces y andaluzas no debería consentirlo y mucho menos fomentarlo. Además del derecho que nos asiste como entidad representativa del trabajo autónomo de nuestra Comunidad, hace peligrar la recuperación. Sin el esfuerzo de todos, sin cohesión y sin trabajo conjunto, será muy difícil salir reforzados de esta crisis.
No obstante, “UPTA Andalucía, mantendrá su compromiso, y su disposición a colaborar en todo aquello que sea necesario, como venimos haciendo hasta ahora: con lealtad institucional y sobre todo para con los autónomos y autónomas andaluces. Tenemos que hacer todo lo posible para que nadie se quede atrás, para que ningún autónomo se quede atrás”.
Pues eso, así no.
Inés Mazuela Rosado
Secretaria General de UPTA-A