Pedro CaldenteyWEB Pedro Caldentey

Director del Departamento de Economía de la Universidad Loyola Andalucía

@PedroCaldentey

 

Esta revista cumple 25 años y eso significa que ha acompañado a España en uno de sus períodos más relevantes e intensos. Su inicio es paralelo, por ejemplo, a la puesta en marcha de la Unión Monetaria Europea (UEM) para cuyo examen de entrada nos estábamos preparando en 1996. ¿Se acuerdan de las condiciones de convergencia y de los planes para cumplirlos que condicionaban toda nuestra política económica? Inflación, tipos de interés, tipos de cambio, déficit y deuda pública. Y aquellos debates sobre si hablábamos de convergencia nominal o real. Luego, la Gran Recesión y las crisis de deuda nos confirmaron que las cinco condiciones se quedaban cortas para rever shocks asimétricos.

De manera quizás inesperada, España cumplió todos los criterios en aquel mayo de 1998, con más soltura incluso que Francia y Alemania. Por primera vez en la historia de nuestra incorporación a la Unión Europea, España participaba en el diseño, negociación y aprobación de uno de los hitos de avance de la integración. No fue así con el mercado único al que entramos desde el principio, pero en cuya negociación no pudimos participar.

La creación del euro y nuestra plena participación en él se sumó a otros momentos históricos de los que explican nuestra historia contemporánea junto al plan de estabilización y liberalización de 1959, la recuperación de la democracia en 1978 o nuestra adhesión a la Unión Europea en 1985.

¿Qué ha pasado en estos 25 años que arrancamos con los dos gobiernos del Partido Popular presidido por Aznar, los dos gobiernos de Rodríguez Zapatero, la primera legislatura de Rajoy y la implosión de nuestro sistema de partidos, que dio lugar a la moción de censura y el primer gobierno de coalición de nuestra historia reciente?

Ha habido dos grandes fases en este período. Hemos vivido una larga época de expansión al amparo de la UEM y de la bonanza global (1996-2007). Un período que nos hizo pensar que ya estábamos en primera división, pero que mostró sus debilidades de fondo cuando llegó el año 2008. Desde el año 2008 al 2018 (cuando fuimos el último país de la UE en salir del procedimiento de déficit excesivo), experimentamos una crisis global equivalente a la de los años 70. Y cómo aquella, la Gran Recesión tuvo repercusiones especificas en España que la hicieron más dura y grave. La primera parte, financiera golpeó nuestra economía y la segunda parte centrada en la crisis de deuda y del euro, nos abocó a años de intensa austeridad. Habíamos empezado una cierta recuperación desde el año 2015 que nos hacía ser optimistas, cuando llegó la pandemia en el año 2020.

En estos últimos 25 años hemos duplicado el tamaño de nuestra economía, que supera ahora los 1,1 billones de euros. Hemos pasado de 12.700 euros per cápita en 1996 a 23.690 euros per cápita en el año 2020, aunque en 2019 llegamos a los 26.340 euros. Este período que va desde la UEM hasta hoy, desde la creación del Grupo Informaria que celebra este número, es de la confirmación de España a la primera división de las economías europeas y del mundo.

¿Cómo podemos definir estos años de la economía española? Han sido 25 años de crecimiento intenso y de consolidación de España en el grupo de las economías grandes de la UE, pero con el lastre de algunos desequilibrios que amenazan nuestra posición.

Las grandes empresas multinacionales de origen español extendieron sus negocios y zonas de influencia a todo el mundo. Hay marcas españolas que compiten en muchos sectores a nivel global. La cultura y el modo de vida han hecho de España un país atractivo, con peculiaridades que nos convierten en un lugar deseado para vivir y trabajar, un enorme valor que no hemos podido explotar plenamente pero que está detrás de algunas inversiones extranjeras. Nuestras ciudades e infraestructuras han manifestado también un intenso desarrollo.

No solo las grandes empresas han crecido en este periodo. Nuestro tejido empresarial también lo ha hecho y ese ha sido uno de los centros de atención de Informaria y sus publicaciones, el acompañamiento a las transformaciones del mundo empresarial, al creciente rol de las mujeres en la actividad empresarial y el emprendimiento. También Andalucía se ha transformado en este periodo y Agenda de la Empresa ha ofrecido una amplia y coral visión para seguir esos cambios.

La segunda parte de los 25 años nos sirvió para no olvidarnos de las debilidades que lastran ese extraordinario cambio. La gran recesión nos puso frente al espejo y la pandemia nos exige con urgencia cambiar. Lo que nos pasa forma parte de un escenario de cambio de ciclo global y no podemos esperar para enfrentarlo y tomar posiciones.

Para ello, debemos soltar un lastre que no hemos conseguido eliminar estos años: el estancamiento de la productividad, la persistencia de un alto desempleo y de un precario y escaso empleo juvenil y una creciente desigualdad y vulnerabilidad de una parte demasiado grande de nuestra población española y migrante. Sin resolver esos problemas, no podremos mantener nuestra aspiración a ser una economía grande, próspera e inclusiva.

En la literatura académica se habla precisamente del estancamiento de la productividad desde la segunda mitad de los 90. Es uno de los principales retos de la economía española. Detrás de ellos hay muchos debates centrales para nuestra próxima etapa. Cito especialmente dos de ellos: el tamaño de nuestras empresas y nuestra presencia insuficiente en sectores de mayor complejidad económica.

Recuperando el símil futbolístico, lo que nos jugamos ahora con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia es llegar a los puestos europeos de la primera división, subir de la mitad de la tabla a los puestos de mérito. El esfuerzo conjunto que Europa debe hacer para asegurar su protagonismo en la economía verde y digital, para hacer de Europa una región inclusiva y un foco de justicia global es también nuestra gran apuesta nacional. Seguro que Informaria y Agenda de la Empresa serán un observador valioso en esta etapa, especialmente desde su visión del papel de la empresa en la Agenda 2030.