Felisa Becerra Benítez
Analistas Económicos de Andalucía
En los últimos 25 años, no cabe duda de que Andalucía ha experimentado una profunda transformación, registrándose un notable crecimiento y desarrollo, especialmente desde mediados de los noventa y hasta la crisis financiera de 2008, algo notablemente condicionado también por hechos como la adopción del euro como moneda única o el proceso de globalización de la economía. Los avances son evidentes, pese a la persistencia de retos a los que debe hacer frente la Comunidad Autónoma, como el desempleo, la investigación e innovación, la desigualdad o la sostenibilidad ambiental.
Durante este periodo el Grupo Informaria y la revista Agenda de la Empresa han realizado una extraordinaria labor en lo que respecta al conocimiento y difusión de la realidad social y económica de Andalucía, contribuyendo de manera esencial al impulso y promoción del tejido empresarial andaluz.
Desde 1996 se han producido cambios significativos en la sociedad andaluza, como el descenso de la natalidad, el envejecimiento de la población o la mayor presencia de población extranjera, todo ello con importantes repercusiones en el mercado laboral. Asimismo, el diferencial entre las tasas de actividad masculina y femenina se ha reducido a la mitad, si bien la ratio entre las mujeres continúa siendo más de 10 puntos inferior a la de los hombres. Igualmente, el Producto Interior Bruto (PIB) ha crecido a mayor ritmo que en el conjunto de España, al igual que el empleo, aunque con respecto a la media nacional continúan existiendo diferencias en PIB per cápita y tasas de paro.
Un hecho a destacar es la internacionalización de la empresa andaluza. El peso de las exportaciones de bienes y servicios en el PIB andaluz ha ido ganando importancia en los últimos años. El sector turístico tiene un papel destacado en esta evolución, pero también las exportaciones de bienes han crecido con intensidad, especialmente en el sector agroalimentario, aunque también otros sectores han cobrado relevancia, como es el caso del aeronáutico o los productos químicos.
Si bien es cierto que el tejido empresarial andaluz ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años, aumentando el número de empresas en más de un 50%, la densidad empresarial sigue siendo inferior a la media nacional. Además, ganar dimensión continúa siendo uno de los retos de las empresas andaluzas, ya que ello permitiría seguir apostando por la internacionalización y por la innovación y el conocimiento como piedras angulares del futuro empresarial y económico de la región.
La irrupción del COVID-19 en 2020 ha supuesto un shock sin precedentes. Las restricciones sobre la movilidad y la actividad, puestas en marcha para intentar contener la pandemia, han provocado fuertes caídas de la producción y el empleo a nivel global, que habrían sido más intensas sin las medidas implementadas por las distintas Administraciones.
En esta situación, el programa europeo Next Generation EU supone una oportunidad para la recuperación de la economía andaluza, al igual que para la española. La Agenda 2030 pone el foco en combinar la dimensión económica, social y ambiental para lograr un desarrollo sostenible, y la crisis actual ha puesto sobre la mesa la importancia de la I+D para hacer frente a los desafíos actuales. En este sentido, la innovación, el conocimiento y la reindustrialización deberían centrar los esfuerzos de los agentes económicos en los próximos años.