Una modalidad cada vez más extendida, debido a la situación del mercado actual, es la del alquiler con opción a compra. Diversas entidades como la Sociedad de Tasación la perfilan como la mejor opción en estos momentos para los operadores inmobiliarios.

 

Efectivamente, el alquiler con opción a compra es una fórmula especialmente interesante tanto para propietarios de vivienda que quieran vender en una coyuntura tan complicada como la actual, como una alternativa intermedia muy atractiva para jóvenes que se quieran emancipar, quieran comprar, pero tengan dificultades para acceder al crédito, ya que con esta opción pueden destinar las cuotas mensuales del alquiler como anticipo de la compra.

 

Sin embargo, tal y como se advierte desde yaencontre.com, portal inmobiliario, si bien el alquiler con opción a compra puede ser una forma de comprar un piso muy interesante, es importante valorar bien las ventajas e inconvenientes que implica esta modalidad.

 

En primer lugar, hay que tener en cuenta que la compra es una opción que tiene el inquilino, no una obligación, a no ser que se establezca lo contrario. Si al final del contrato el inquilino acaba desestimando la opción de compra, los importes percibidos van a cuenta del alquiler y no deben ser desembolsados.

 

En este sentido, existe la posibilidad de establecer cláusulas en el contrato de arrendamiento que garanticen el compromiso de compra del inmueble por parte del inquilino, como un importe en concepto de señal o una renda de alquiler por encima del precio habitual.

 

Por otro lado, tal y como pasa en un arrendamiento, tener inquilinos puede comportar una serie de problemas para el propietario del inmueble. Así, pueden darse situaciones como: impago de cuotas, desperfectos en el inmueble, conflictos con la comunidad de propietarios, responsabilidad civil por daños a terceros…

 

Por último, la actual situación del mercado inmobiliario, con un ajuste constante de los precios, hace menos atractiva esta opción para compradores que no estén dispuestos a pactar un precio de venta –el contrato de arrendamiento fija este importe, así como el plazo para ejercitar la opción de compra-, ya que saben que seguramente éste va a seguir bajando.