España necesita crear 3,2 millones de puestos de trabajo para recuperar la situación de empleo anterior a la actual crisis, según recoge el informe ‘Perspectivas para el empleo 2012’, publicado por la OCDE. Según se apunta, la tasa de paro de España seguirá siendo alta debido a las débiles perspectivas de crecimiento económico, y alcanzará el año que viene el 25,3%, lo que implicaría un incremento de ocho décimas respecto a la previsión del 24,5% contemplada para este ejercicio por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y colocaría a España como la economía desarrollada con mayor nivel de desempleo.

 

En el corto plazo, la institución reconoce que una mejora en las condiciones del mercado laboral “depende en gran media de la recuperación económica, por lo que está determinada por factores que los gobiernos no pueden controlar directamente”.

 

La situación de los jóvenes, según el documento, es “especialmente preocupante”, porque el paro y otras dificultades laborales a edades tempranas de la vida laboral “podrían estar mermando tanto las trayectorias profesionales de largo plazo como sus perspectivas de ingresos futuros”.   Según los cálculos de la organización, un descenso del PIB en España incrementaría la tasa de desempleo una media de 0,6 puntos porcentuales en los próximos cuatro años, frente a los 0,15 puntos con los que esa misma situación repercutiría en Japón, una diferencia que surge de las respectivas políticas públicas.  “Estrictas medidas de protección laboral para trabajadores con contratos indefinidos y el predominio de contratos temporales para las nuevas generaciones estarían directamente asociadas tanto con el débil rendimiento del mercado laboral a largo plazo como con su baja capacidad de recuperación”, explica la OCDE.

 

La institución confía no obstante en que las reformas introducidas el pasado febrero puedan contribuir a reducir la dualidad entre el empleo temporal y el fijo. “La lucha contra la dualidad es clave”, explica la organización, según la cual el equilibrio entre ambos tipos de contratos debe mejorarse para hacer cumplir las normas vigentes en las respectivas modalidades.