El Teatro Romano de Málaga va a ser objeto de un proceso de restauración en las zonas del foso (orchestra) y fachada del escenario (frons pulpiti), con el fin de hacer compatible el disfrute ciudadano de este enclave arqueológico con su uso escénico. El consejero de Cultura y Deporte, Luciano Alonso, ha informado sobre las labores de consolidación y restauración en estos espacios, que persiguen frenar el proceso de degradación de sus materiales pétreos -mármoles y sillares de travertino- mediante la limpieza y recomposición de fisuras. Para ello, se usará el espatulado de morteros con áridos similares, previa prueba de laboratorio y con reversibilidad, como ha explicado la directora general de Bienes Culturales e Instituciones Museísticas, Elia Maldonado.

Luciano Alonso, durante su visita al Teatro Romano de Málaga
Luciano Alonso, durante su visita al Teatro Romano de Málaga

Alonso ha afirmado que el Teatro Romano “se ofrece como un espacio modélico en el impulso de la cultura, con iniciativas que van a identificar las buenas prácticas en la conservación del Patrimonio Histórico y la excelencia en el uso público del monumento”. El eje Museo Picasso y Teatro Romano de Málaga, junto al futuro Museo de Málaga y el eje Alcazaba-Gibralfaro, “se convertirá en la próxima milla de oro cultural de la ciudad”, según el consejero de Cultura y Deporte, “un espacio de excelencia artística y patrimonial en el Sur de Europa, que cuenta cada vez con una mayor demanda de visitantes nacionales y extranjeros y que ha contribuido a diversificar y cualificar la oferta cultural, artística, educativa y turística de su entorno”.