Argentina exportará 2,75 millones de toneladas de maíz adicionales de su cosecha 2011/12, según confirmó hoy el Ministro argentino de Agricultura Norberto Yauhar.
Ello elevará la cantidad de maíz que exporta Argentina de la mencionada cosecha a 16,45 millones de toneladas, según explicó Yauhar al Director General de FAO, José Graziano da Silva, en el encuentro que ambos mantuvieron en la sede de la FAO.
“Los envíos adicionales de maíz, junto con los datos recientes mejores de lo esperado anunciados por el Departamento de Agricultura de EEUU, deberían ayudar a aliviar tensión de los mercados internacionales”, dijo Yauhar.

Norberto Yauhar, Ministro de Agricultura de Argentina
Norberto Yauhar, Ministro de Agricultura de Argentina

Argentina, el segundo mayor exportador mundial de maíz, ha sido responsable aproximadamente del 15 por ciento de las exportaciones mundiales en los últimos tres años.
“Así se demuestra que no hay ninguna amenaza de una crisis alimentaria mundial en la actualidad, aunque tenemos que mantener la vigilancia y seguir de cerca la situación”, añadió Graziano da Silva.
El Ministro explicó las perspectivas de la próxima cosecha agrícola señalando que tanto las expectativas de lluvias como las intenciones de siembra para los cultivos de maíz y soja son muy positivas. Asimismo, señaló, Argentina ya ha colocado en disponibilidad para la exportación 15 millones de toneladas de maíz y 5 millones de toneladas de trigo, correspondientes a la temporada 2012/13.
El Ministro Yauhar indicó también que Argentina mantiene reservas de un millón de toneladas de maíz y un millón de toneladas de trigo.
“Para la FAO, que los países mantengan sus propias reservas de seguridad alimentaria constituye una muy buena estrategia que contribuye a la estabilidad de los precios domésticos de los alimentos”, dijo Graziano da Silva.
Yauhar añadió que durante la visita oficial que realizó a China esta semana analizó con el Ministro de Agricultura chino la posibilidad de mantener reservas estratégicas de alimentos orientadas a garantizar la seguridad alimentaria tanto a nivel regional como internacional. El Director General de FAO expresó su interés y apoyo a esta propuesta y manifestó que discutirá esta idea en su próxima visita a China, a comienzos de Octubre.
Hacer frente al alza de precios
El Director General y el Ministro coincidieron en que el mundo está ahora en mejor situación para hacer frente al alza de los precios de los alimentos que durante la crisis de 2007-2008. Una de las razones fue la creación en 2011 por el G20 del Sistema de Información del Mercado Agrícola (AMIS, por sus siglas en inglés), con el objetivo de aumentar la transparencia del mercado y reducir la volatilidad de los precios y del Foro de Reacción Rápida (RRF), que permite a los países coordinar acciones y responder con mayor rapidez en situaciones de crisis.
Graziano da Silva y Yauhar estuvieron de acuerdo en la importancia de que los países utilicen estos mecanismos internacionales, como el AMIS, en lugar de aplicar medidas unilaterales,
También indicaron que existe ahora una mejor coordinación en el seno del sistema de las Naciones Unidas, a través del Grupo de Trabajo de Alto Nivel de la ONU sobre la seguridad alimentaria mundial.
Los precios internacionales de los alimentos permanecen estables
La sequía de este verano en los Estados Unidos -la peor en más de 50 años- alimentó el temor a una crisis alimentaria y el Índice de la FAO para los precios de los alimentos, que mide los precios de los productos básicos objeto de comercio internacional, subió un seis por ciento en julio. Sin embargo, el índice se mantuvo sin cambios el mes pasado.
Entre otras cuestiones, Graziano da Silva y Yauhar analizaron la posible contribución de la especulación en una mayor volatilidad de los precios alimentarios. Estuvieron de acuerdo en que una mejor y más coordinada regulación del comercio y los mercados financieros debe ser parte importante de la respuesta de la comunidad internacional.
Igualmente expresaron su preocupación por el posible impacto de los altos precios en la seguridad alimentaria a nivel nacional y señalaron la necesidad de fortalecer las medidas de protección social, incluidas redes de protección social y el apoyo a la producción de cultivos locales. En este contexto, destacaron que la diversificación de la dieta para consumir más alimentos producidos a nivel local, como los fríjoles, la mandioca y la quinua -2013 es el Año Internacional de la Quinua- son estrategias para ayudar a la población pobre a hacer frente al alza de los precios alimentarios.
En este contexto, destacaron la necesidad de que la comunidad internacional de donantes aumente su apoyo a corto y largo plazo para los países pobres. Según el PMA, por cada incremento del 10 por ciento en el precio de su canasta de alimentos, necesita buscar fondos adicionales de 200 millones de dólares EEUU al año para comprar la misma cantidad de alimentos. A largo plazo, es importante fortalecer los programas que permitan a las familias pobres comprar o producir sus propios alimentos.
Sin embargo, Graziano da Silva y Yauhar indicaron también que la recuperación de los precios de los alimentos también podría desempeñar un papel positivo en estimular la inversión y la producción agrícola en los países en desarrollo. No obstante, eso sólo sucederá si los campesinos reciben un apoyo adecuado y los países logran crear un ambiente propicio para la inversión, subrayaron.