El comienzo de año viene casi siempre acompañado de subidas de impuestos y de aumentos e las tasas y precios de los servicios que recibimos, ya sea a través de las Administraciones Públicas, o de empresas privadas.

La mayoría de los ciudadanos tendremos que pagar este 2005 más impuestos, y antes de notar en nuestros bolsillos, a finales de mes, el aumento del salario o la pensión, ya habremos tenido que hacer frente al aumento de los precios del transporte, del tabaco, el alcohol o los carburantes.

Aunque son escasas las novedades fiscales para este ejercicio, se ha aprobado un incremento del 2% en los Impuestos Especiales, que gravan alcoholes, tabacos y gasolinas que, inevitablemente, se traducirán en un aumento del precio de estos productos. Estos impuestos llevaban congelados desde 2002.

En la lado positivo de los cambios tributarios está la actualización de las tarifas y retenciones del Impuesto sobre la Renta. La Ley de presupuestos prevé la deflactación de las tarifas en sus dos escalas, la estatal y la autonómica, en función de la inflación prevista para el año 2005, que es el 2%.