Los ingresos de la mayor parte de los clubes son insuficientes para hacer frente a este pasivo de 200.000 millones de las antiguas pesetas, una deuda alimentada por los fichajes millonarios realizados a finales de los noventa con el dinero de las televisiones. Esta deuda, además, ha llevado al sector a proponer un cambio de modelo para el deporte profesional en Europa y a recurrir a las administraciones en busca de auxilio.

El sector ya vivió un plan de saneamiento durante la década de los ochenta. A principios de los noventa, La ley de sociedades anónimas deportivas obligó a los clubes a reconvertirse en sociedades anónimas, para mejorar su gestión y acabar con las deudas. La realidad ha sido la contraria. Actualmente están embargados por Hacienda el Xerez, el Sporting de Gijón, el Salamanca, el UD Las Palmas y Valladolid. Además, están en dificultades al menos otros 12 clubes de primera, segunda y segunda B.

La ayuda de los organismos públicos ha llegado, en la mayor parte de los casos, en forma de recalificaciones de terrenos. Así, en la última década, se han multiplicado las operaciones en estrecha colaboración de Ayuntamientos y clubes. La más reciente, el cambio de uso de los terrenos sobre los que se asienta Mestalla, el terreno del Valencia CF, que ingresará cerca de 320 millones por la operación, lo que le permitirá construir un nuevo terreno. Antes, se produjo la recalificación de los terrenos anejos a los estadios del Sevilla y el Betis; la de la ciudad deportiva del Real Madrid, dinero con el que se canceló su deuda; la venta de unos terrenos -también recalificados- cerca del estadio Martínez Valero del Elche, que permitió al club alicantino a hacer frente a su pasivo de 7,8 millones.

El caso del Real Murcia es aún más llamativo. El club, descendido a Segunda el año pasado, se ha embarcado en un proyecto llamado Nueva Condomina sobre un millón de metros cuadrados que han pasado de ser rústicos a urbanizables y sobre los que se edificarán viviendas y áreas comerciales y deportivas. El siguiente capítulo puede ser la venta del Vicente Calderón, del Atlético de Madrid, por unos 230 millones. La ayuda de las Administraciones puede ser aún más directa. El Gobierno de Cantabria ha comprado el 53% del Rácing de Santander por diez euros, con lo que ya controla el 61%. A cambio, el Ejecutivo ha suscrito un crédito participativo por 6,7 millones que restablecerá los fondos propios y evitará, por tercer año consecutivo, la disolución.

Además, muchas de las reivindicaciones de los clubes tienen como destinatario el Gobierno central. Las entidades han venido reclamando más ingresos procedentes de las quinielas, de las que, obtienen el 10% de la recaudación. Además, exigen que se rebaje el IVA para igualarlo al del resto de espectáculos.