A nivel global, el gap de financiación en cambio climático aumentará por encima de los 50.000 millones de dólares en cinco años. En España podría llegar hasta los 5.000 millones
La incertidumbre económica sigue impactando en la capacidad de los gobiernos para mantener su agenda sobre el cambio climático
El sector empresarial lidera las iniciativas sostenibles por delante de las que provienen de los propios gobiernos
El COP 18, que estos días entra en su recta final, debe servir para planificar un plan de acción sólido de aquí a 2020 que implique el apoyo del sector privado
La incertidumbre económica continúa impactando en la capacidad de los gobiernos para mantener su agenda y sus inversiones en combatir el cambio y climático. Así lo refleja el último informe de Ernst & Young Bridging the gap. Climate finance in the lead up to Doha COP 18. El documento recoge una investigación de Oxford Economics en las 10 economías más importantes, que incluyen España, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Corea del Sur, Japón, Australia y Sudáfrica. El informe destaca dos importantes tendencias que ayudan a entender la situación actual en lo relativo a Sostenibilidad y Cambio Climático: la primera es el incremento de la brecha entre las necesidades de financiación y el presupuesto de los gobiernos a tal efecto, y la segunda, una cada vez mayor participación del sector empresarial en el proceso.
La mayoría de países ha visto reducida su inversión en esta partida en el último año, y la brecha en el gasto podría superar los 50.000 millones de dólares de aquí a los próximos 5 años, según el informe. Seis de las 10 economías clave analizadas (Alemania, Italia, Japón, Australia, Corea y España) proyectaron un descenso del presupuesto contra el cambio climático entre 2010 y 2011. Francia apenas cambió esta partida, y EEUU, Reino Unido y Sudáfrica realizaron ligeros incrementos. Además, la previsión del gap de financiación necesaria en los 10 países analizados ha cambiado respecto de la realizada el año pasado, creciendo de 22,5 a 23,7 miles de millones de dólares en los próximos 5 años, considerando el mejor escenario posible: una economía como la actual, con medidas de austeridad en marcha y en la que los países necesitan reducir su endeudamiento.
Menos inversiones en España, Reino Unido e Italia
El gap de financiación de inversiones para combatir el cambio climático en los próximos años será más pronunciado en países como España, Reino Unido e Italia. En concreto para nuestro país se prevé una reducción de 4.100 millones de dólares hasta 2012 (un 0,73% menos), en comparación con el gasto en Reino Unido de 5.000 (un 0,41% menos) e Italia, con 3.000 millones de dólares (0,31% menos). Alemania es el único país que, según el informe, podría aumentar este gasto a través de medidas puestas en marcha por su gobierno de política fiscal para relanzar la economía en el largo plazo.
Posible ruptura del euro
Una posible ruptura de la zona euro conduciría a un escenario más negativo, que duplicaría el potencial déficit de inversiones en sostenibilidad y cambio climático de los países. El estudio también calcula este gap de financiación en el que la salida de varios países de la zona euro provocaría el incumplimiento de la deuda soberana y desencadenaría una nueva crisis crediticia en Europa. En este peor escenario, la brecha financiera sería, en conjunto, de 51.000 millones de dólares. Una situación en la que Estados Unidos acumularía el mayor gap en financiación contra el cambio climático, con 9.900 millones de dólares, seguida de Alemania, Francia, y Reino Unido, que superarían los 7.000 millones.
España también incrementará su brecha presupuestaria hasta 2016 que, en términos absolutos, acumulará entre 4.000 y 5.000 millones de dólares –en función de los dos escenarios consideraros–, lo que llegaría a suponer entre un 0,73% y un 1,13% por debajo del presupuesto inicial contemplado.
Para Juan Costa Climent, Socio global de Sostenibilidad y Cambio Climático de Ernst & Young, “los datos de este informe sugieren que la continua presión de las medidas de austeridad han reducido el gasto en sostenibilidad de los países. La potencial creciente brecha en esta partida hace necesario un mecanismo que permita la financiación privada y que contribuya a solventar el problema”. Y añade, “si se materializa una ruptura del euro, el déficit en la financiación podría superar por primera vez los 50.000 millones de dólares, lo que debería actuar como una advertencia. Los gobiernos tienen que tomar medidas para protegerse y no alcanzar un punto de no retorno donde resultaría imposible cerrar la brecha entre la financiación disponible y la realmente necesaria contra el cambio climático”
COP 18: un plan de trabajo sólido para 2020
Según Costa Climent, “el déficit de financiación se está convirtiendo en un reto adicional en las negociaciones internacionales de la cumbre COP18. Así como el mundo de la política y la comunidad empresarial fijan su atención en Doha, hay una serie de decisiones que deberán ser contempladas por el sector privado, especialmente las relativas al Mecanismo de Desarrollo Limpio, el Fondo Verde para el Clima o la extensión del Protocolo de Kyoto. Los datos de este informe, además, refuerzan la importancia de poner en marcha una acción decisiva ya, sobre todo si queremos hacer realidad iniciativas como lograr una economía baja en carbono o alcanzar los objetivos para frenar el calentamiento global”.
No se esperan grandes avances en esta cumbre de Doha pero sí se pueden esperar negociaciones realistas sobre algunos objetivos alcanzables. Con una previsión de 100.000 millones de dólares para la financiación del cambio climático fijado para 2020, los países en desarrollo están especialmente preocupados por la brecha entre el compromiso para 2012 y el objetivo para 2020.
Para finalizar, Juan Costa Climent añade: “Ahora es un momento crítico para el sector privado a la hora de asumir un papel de liderazgo en la fundación de un futuro sostenible. Los gobiernos pueden recurrir a las empresas para aprovechar sus conocimientos de análisis y mitigación de riesgos, y sus habilidades en la movilización y distribución de las finanzas que ayuden a enmarcar un acuerdo global más eficaz y de gran alcance en el futuro. Dado que la posible brecha en la financiación del cambio climático no muestra signos de desaceleración, es hora de actuar y asegurarnos de reducir al mínimo el impacto del cambio climático para las generaciones futuras; COP18 puede jugar un papel fundamental.”
Ernst & Young
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