Una investigación muestra las consecuencias de la pobreza y cómo el sufrir escasez lleva a contraer préstamos con intereses altos

Cuando tenemos poco dinero, tiempo u otro recurso, tenemos tendencia a focalizar nuestra atención en la cuestión más urgente, lo que a menudo lleva a desatender otras cuestiones importantes. Cuando se es pobre, la prioridad es la comida, el transporte y otros gastos inmediatos y no se piensa en el pago del próximo mes de alquiler. Cuando se está ocupado, se está absorto por las cosas que corren más prisa y se ignora el resto. Una investigación reciente de la escuela de negocios Chicago Booth sugiere que esta forma de enfocar las cosas puede ser responsable de un tipo de comportamiento problemático: endeudarse demasiado a intereses altos.

 Los resultados se publicaron el mes pasado en Science, en un artículo escrito por Anuj K. Shah, profesor asistente de ciencia del comportamiento en Chicago Booth; Sendhil Mullainathan, profesor de economía en la Universidad de Harvard; y Eldar Shafir, William Stewart Tod profesor de psicología y asuntos públicos en la Escuela Woodrow Wilson de la Universidad de Princeton.

Su trabajo muestra un novedoso enfoque para comprender por qué las personas con pocos ingresos pueden actuar contra sus propios intereses financieros: sobre endeudarse con altos intereses para satisfacer las necesidades diarias, incluso si ello significa que los otros gastos serán más difíciles de realizar en el futuro. Investigaciones anteriores han estudiado las circunstancias sociales que pueden forjar el comportamiento financiero de los individuos. No obstante, los autores de este novedoso artículo toman en consideración una hipótesis sencilla, aunque sorprendentemente convincente.

La escasez de recursos (tener poco de algo) crea una mentalidad que se centra en las necesidades presentes y lleva a comportamientos predecibles, entre ellos contratar préstamos. “Esta hipótesis es asombrosa”, explica Shah, “porque utiliza algunos de los principios básicos de la psicología para comprender un problema concreto complejo“.

Para demostrarla, los autores han llevado a cabo cinco experimentos en laboratorio en los cuales se dio a los participantes recursos que podían usar para ganar recompensas mientras participaban en juegos. Se designó al azar que algunos de los participantes fuesen “pobres”, y se les dieron menos recursos; otros eran “ricos”, y se les dieron más recursos. Los autores utilizaron varias medidas para demostrar que los pobres estaban más concentrados en cómo utilizar los recursos que los ricos.

Pero esta concentración tiene un precio. Porque los participantes pobres, al concentrarse en cada fase del juego, dejaron de lado los problemas futuros. En el momento que tuvieron la posibilidad de contratar préstamos con intereses desorbitantes, los participantes pobres, que estaban concentrados en poder terminar cada fase, contrataron préstamos excesivos. Por consiguiente, la situación de los participantes pobres se convirtió en màs critica.

Esta investigación tiene implicaciones políticas de gran envergadura. Muestra que la escasez lleva a tomar decisiones que la gente en mejores condiciones hubiese sabido evitar. El hecho de comprender que la gente a menudo elige la respuesta más cómoda y cercana a un problema urgente – como contratar un préstamo con tasas de interés extremadamente altas cuando las cosas se ponen difíciles – puede ayudar a crear medidas para evitar este comportamiento.

Por ejemplo, en vez de poner a disposición préstamos con intereses altos cuando se encuentran dificultades, las medidas podrían incitar a los pobres a ahorrar por adelantado para las necesidades básicas. “Lo que muestra este estudio,” dice Shafir, un miembro del consejo presidencial sobre las aptitudes financieras, “es que si tomas personas sofisticadas  y las pones en condiciones de escasez, muestran el mismo comportamiento que observamos entre los pobres. Esto tiene implicaciones importantes: esto quiere decir que si aliviamos las condiciones de escasez inmediatas, obtendremos comportamientos más convenientes”.