Acabamos otro año de crisis y encaramos uno nuevo que, según todos los pronósticos, no será mucho mejor. Lo que no significa que debamos resignarnos porque sin lucha no hay resistencia. Todos, cada uno en su ámbito y desde su responsabilidad y compromiso con la sociedad en que vivimos, estamos llamados a darle la vuelta a esta situación. Los políticos, los primeros.

José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía
José Antonio Griñán, Junta de Andalucía

Tenemos que construir una sociedad mucho más justa que la que nos quieren imponer. No podemos dilapidar lo mejor de nosotros mismos, lo que tanto hemos tardado en conquistar en términos de derechos y prestaciones sociales. Solo con políticas de control del déficit público, solo con austeridad, no vamos a reactivar el motor de nuestra economía. Ya deberíamos habernos dado cuenta. Urge activar medidas que estimulen nuestro sistema productivo, que hagan fluir la oferta y la demanda, que puedan propiciar la generación de empleo. Urge que los bancos, ahora que han sido rescatados por todos, se comporten como entidades de crédito. Porque si vuelven a prestar dinero a la actividad productiva, saldremos pronto de la crisis y se creará empleo.

La financiación de la economía está siendo muy complicada porque el dinero se ha convertido en una mercancía. En vez de invertir en economía productiva, en la economía real, se invierte en especular contra la deuda. Esto hay que corregirlo cuanto antes. No podemos subordinar la política a la economía.

En Andalucía estamos demostrando que se le puede hacer frente a la crisis de otra manera, más social, con la sanidad y la educación como derechos intocables. Supimos darnos cuenta hace ya unos años de la necesidad de reorientar el sistema productivo para amoldarlo a las exigencias de un mundo globalizado. Así, a la par que optimizamos nuestras fortalezas tradicionales (turismo, comercio, industria agroalimentaria…), se ha incentivado el tránsito hacia una sociedad del conocimiento que apuesta por la I+D+i, las energías renovables, la aeronáutica…, apuntalando un sistema de presente pero, sobre todo, de futuro. Un sistema que no podemos dejar caer porque nos va el progreso en ello.

Andalucía cuenta con 11 parques tecnológicos que siguen creando empleo y aumentando su facturación pese a la recesión. Esta comunidad sigue a la cabeza en el sector de las renovables, es pionera en investigación biomédica y las exportaciones de nuestras empresas aumentan día a día. Por ello, desde el Gobierno andaluz seguimos apoyando decididamente la I+D+i (un 10% más de recursos en 2013), la internacionalización de nuestras empresas (84,5 millones), el desarrollo industrial (426 millones, un 3% más que en 2012) o al sector agroindustrial (un 15,2% más).

En Andalucía tenemos muy claras nuestras prioridades. A la hora de confeccionar nuestros presupuestos hemos discernido lo imprescindible de lo accesorio. Así, hemos orientado todas las políticas a propiciar la generación de empleo, a través de planes de choque y otra serie de instrumentos que estimulan la economía productiva. Y hemos colocado dos líneas infranqueables: una en la sanidad, que ha de mantener la cobertura universal; y la otra en la educación, para garantizar que nadie se quedará sin estudiar hasta el límite de sus capacidades por razón económica. Estas son nuestras credenciales. Y queremos hacer partícipes de ellas a sindicatos, empresarios, asociaciones… Queremos invitar a todas las fuerzas vivas que cohesionan la comunidad andaluza a comprometerse en un gran Pacto por Andalucía, con el que reivindicar una forma de encarar la crisis que garantice la igualdad de oportunidades.

Un Pacto por y para el empleo, para la defensa de la cobertura universal de la sanidad, en favor de la educación pública, para la protección integral de las personas dependientes o con discapacidad, para la excelencia turística y el desarrollo rural, para fomentar la innovación empresarial, por nuestra cultura, por el emprendimiento, para hacer de esta una tierra de oportunidades para nuestros jóvenes y, en estos tiempos de debate territorial radicalizado, un Pacto por un modelo en el que todos puedan sentirse razonablemente satisfechos de pertenecer a ese gran todo que es España.

Sumar para avanzar, ese es nuestro objetivo. Desde la confianza en que entre todos podremos superar este tiempo de dificultades y encarar un futuro más justo y próspero.