Por Juan Rodríguez García
Profesor de la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de Jerez y Director Académico de la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales (Universidad de Cádiz)
juan.rodríguez@uca.es

El actual Reino de Marruecos nace en 1956, al finalizar los protectorados francés y español sobre el territorio. Fue el rey Mohammed V, hasta entonces Sultán, quién se encargó de poner en marcha el nuevo Estado. En 1961 su hijo Hassan II pasó a ocupar el trono hasta su muerte en 1999. Su reinado de corte autocrático quedó marcado por la invasión en 1.975 del territorio del Sahara Occidental, entonces colonia española, a través de la “Marcha Verde”.

Durante estas cinco décadas, Marruecos experimentó una serie de cambios espectaculares, a todos los niveles, si bien no se consiguió erradicar la pobreza que continúa afectando a grandes capas de la población. En el terreno político, se redactó una Constitución en 1972, cuya modificación en 1992 hizo posible la convocatoria de elecciones legislativas por primera vez en 1997. En la década de los 80 Marruecos solicitó sin éxito su ingreso en la Unión Europea (UE), si bien se firmó un acuerdo de asociación que entró en vigor en el año 2000, mediante el cual se pretende el establecimiento de una zona de Libre Comercio entre la UE y el Reino de Marruecos. Tras la muerte de Hassan II, su hijo Mohammed VI ascendió al trono en medio de una gran expectación económica y social, pues se espera de éste que profundice en las reformas políticas y económicas que había iniciado su padre a lo largo de la década de los noventa.

La economía marroquí depende fundamentalmente de la agricultura, los recursos minerales y la producción de fosfatos, lo que hace que sea muy vulnerable a las condiciones meteorológicas y a las oscilaciones de los mercados de materias primas. Así mismo son de vital importancia para la economía del país las remesas de sus emigrantes, pues casi 2 millones de marroquíes residen en el extranjero. Junto a los ingresos por turismo dichas transferencias ayudan a compensar el tradicional déficit de la balanza comercial.

En la década de los 80, siguiendo los consejos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, Marruecos inicia un proceso de reformas estructurales y una política de estabilización que iniciaron el proceso de liberalización y apertura de la economía del país y estabilizó las cifras macroeconómicas de la economía marroquí.

En los años 90, se inicia un programa de privatizaciones en el sector público, se introduce la convertibilidad del dirham en las transacciones en cuentas corrientes; se reestructura el sistema financiero con ayuda de préstamos del Banco Mundial y del Banco Africano de Desarrollo; se reforma la legislación sobre inversiones para atraer capital extranjero en 1995, se continuó con la liberalización del régimen de comercio, facilitando la importación de diversos productos básicos que se intensificó con la adhesión de Marruecos al GATT en 1987 y a la Organización Mundial de Comercio (OMC) en 1994 y con la conclusión del acuerdo de libre comercio con diversos países, con lo que culmina el proceso de integración de la economía marroquí en la economía mundial. En 1996 Marruecos y la UE firmaron en el mes de julio un nuevo Acuerdo de Asociación que prevé la instauración de una zona de libre comercio en 12 años. Esta integración entre Marruecos y uno de los bloques comerciales con mayor nivel de vida plantea numerosos retos para este país en desarrollo.

La Economía Marroquí

Datos básicos
 Crecimiento del P.I.B.: 2000 (0,97 %), 2001 (6,45 %).
 Composición del P.I.B. por sectores: primario (16 %), secundario (31 %), terciario (53 %).
 Renta per capita: 3.610 dólares.
 Población por debajo del umbral de la pobreza: 12 % de la población urbana y 27 % de población rural (cifras oficiales). Se estima que afecta a 1/4 de la población (cifras reales).
 Índice de desarrollo humano: nº 123 en el ranking mundial (2002).
 Tasa de inflación: 3 % (2002).
 Población activa: 10,6 millones.
 Población activa por ocupación: agricultura 45,2 %, industria y construcción 19,2 %, resto de ocupación 35,6 %.
 Tasa de desempleo: 12,5 % (cifras oficiales) y 22 % otras fuentes).
 Industrias: Procesado de rocas fosfáticas, industria alimentaria, textil, productos de cuero, industria química.
 Tasa de crecimiento industrial: 3,2 %.
 Producción agrícola: Cereales, cítricos, aceitunas, remolacha, caña de azúcar, ganado.
 Deuda externa: 17.600 millones de dólares (2002).

El trato preferencial otorgado por la UE a Marruecos es muy ventajoso ya que puede exportar libre de arancel sus materias primas y productos industriales, exceptuando algún producto textil sujeto a restricción voluntaria a la exportación; sus productos agrícolas reciben trato preferencial con importantes reducciones arancelarias y progresivo aumento de las cuotas para productos sensibles o incluso entran sin pagar aranceles en el mercado comunitario cuando no se trata de productos sensibles.

La celebración de la Cumbre Hispano-Marroquí en Marrakech, los días 8 y 9 de diciembre de 2.003, supone la superación definitiva del conflicto del Islote de Peregil y un nuevo impulso a las relaciones económicas entre ambos países. España ha puesto a disposición de Marruecos 390 millones de euros para financiar proyectos de desarrollo social, inversiones privadas y planes de infraestructura y equipamientos en zonas estratégicas de Marruecos. La instrumentación de las ayudas se realizará mediante créditos concesionales con cargo al Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) y créditos comerciales en condiciones OCDE. El acuerdo entrará en vigor el 1 de 2004, sustituyendo al que caducó en diciembre de 2001. A la ayuda financiera se añade también la formalización de un programa de conversión de parte de la deuda oficial de Marruecos en inversiones españolas por un importe de 50 millones de euros.

En el plano de las infraestructuras cabe destacar el relanzamiento del proyecto de enlace fijo ferroviario entre ambos países que se realizará bajo el Estrecho de Gibraltar y tendrá un túnel de 38,7 kilómetros, de los que 27 serán bajo el mar. El acuerdo pretende colocar a las empresas españolas en posición de privilegio para acceder al programa de modernización de las infraestructuras del país norteafricano que prevé cuantiosas inversiones en puertos, aeropuertos y carreteras hasta el 2010, año en que Marruecos aspira a organizar la fase final de la Copa del Mundo de Futbol.

El peso de los intereses económicos de España en Marruecos se ha acentuado en los últimos 10 años. Marruecos es nuestro primer cliente en Africa, con unas exportaciones hasta julio por valor de 1.128 millones de euros y un crecimiento interanual siete veces superior al conjunto de las ventas exteriores españolas.
Los sectores productivos españoles en Marruecos se encuentran muy diversificados destacando la banca, turismo, telecomunicaciones, sanitarias, metalurgia, suministro de agua, productos alimentícios (azúcar, arroz y conserva), confección, petróleo y gas, promoción inmobiliaria y construcción.

El empresariado español se encuentra representado en Marruecos con más
de 800 empresas y una inversión acumulada de 450 millones de euros en los últimos 10 años: Telefonica, Sol Media, Gas Natural, Repsol YPF, Aitadi, Zara, Mango, Pulligan, Roca Radiadores, Covirán, Cobega, Abengoa, Alsa, El Corte Inglés, Dicoma, Gonvarri, Angel Colomer, etc.

Marruecos es el principal mercado de la exportación española en Africa, representando el 49% de nuestras ventas en el Norte de Africa. A su vez ha sido el décimo cliente de España (11,8% del total de nuestras exportaciones) constituyendo así el tercer mercado fuera de Europa, tras EE.UU y México. Los intercambios comerciales se han incrementado un 70% en los últimos 5 años, con un volumen directo de comercio de 2.898 millones de dólares.

En el año 2002 el volumen de intercambios comerciales bilaterales se incrementó en casi un 20%. Las exportaciones ascendieron a 1.596 millones de dólares, es decir, un 19,2% superiores a las del mismo período de 2.001. La tasa de cobertura de la balanza comercial entre España y Marruecos es favorable a España en 122,5 %.

La principal característica de la exportación española a Marruecos es la gran diversificación de los productos que la componen, destacando las manufacturas de consumo (tejido), las semimanufacturas industriales (productos químicos, plásticos, hierro y acero) y los bienes de equipo (maquinaria industrial y aparatos eléctricos).

A su vez, las compras españolas en Marruecos se centran principalmente en dos grandes sectores: las manufacturas de consumo (prendas de confección) y los alimentos. Las importaciones de estos productos se explican por la creciente deslocalización de las empresas españolas de confección, productores de frutas y hortalizas o con empresas transformadoras y manipuladoras de alimentos.

La cumbre Hispano-Marroquí celebrada en el mes de diciembre de 2003 en Marrakech despeja definitivamente las incertidumbres diplomáticas entre ambos países y abre nuevos horizontes de cooperación entre ambas orillas del Estrecho. Andalucía y el tejido productivo andaluz deben aprovechar la nueva etapa, incrementando las relaciones económicas con Marruecos y desarrollar a las ventajas comparativas que ofrece su situación de vecindad con el reino alauíta: a) Poner en valor la situación estratégica de Andalucía y, en concreto de la provincia de Cádiz, y sus infraestructuras, ya que ésta es en la actualidad el lugar de encuentro y de conexión más importante con el Norte de Africa. Sus puertos, sobretodo los de la Bahía de Algeciras, canaliza el mayor porcentaje de los flujos tanto de mercancía como de pasajeros que se producen entre ambas zona; b) El funcionamiento del Túnel ferroviario, actualmente en fase de estudio entre Andalucía y Marruecos no debe ser considerado exclusivamente como una actuación regional ya que este proyecto trasciende incluso la escala nacional. Las relaciones que se establecerán entre Andalucía y el resto de España y de la Península Ibérica supone un inmediato proceso de integración exterior de Andalucía con los tres centros económicos más importantes de la Península: Madrid, Lisboa y el eje Mediterráneo Barcelona – Valencia, y por otro lado, porque es precisamente a través de Andalucía por donde se canalizan los flujos económicos y comerciales derivados de las relaciones entre la Península y el Norte de Africa; c) El empresario andaluz y su tejido productivo debe seguir ganando posiciones en el mercado del Magreb, especialmente en Marruecos, Argelia y Túnez, para convertirse en el interlocutor económico de la región; d) Continuar y potenciar las conexiones eléctricas (cable eléctrico de alta tensión de 400 kv) y telecomunicaciones (cables de fibra óptica) entre Europa y el Norte de Africa; e) Potenciar el área del Estrecho de Gibraltar, buscando un acuerdo con el Peñón para crear un polo económico internacional; f) Potenciar los estudios de la Universidad de Cádiz en Algeciras (Aula del Estrecho) para que dicha universidad lidere a las universidades del Magreb.

Creemos que Andalucía debe aprovechar su situación geoestratégica para convertirse en el nexo de unión entre Europa y Africa y ser el interlocutor básico de las relaciones económicas-comerciales que fluyen entre la UE y el Magreb.