En 1945, al terminar la II Guerra Mundial, los vencedores de Alemania (EE.UU., la entonces Unión Soviética y Reino Unido) ocuparon y dividieron, para su control, el territorio alemán. Esta división fue una consecuencia directa del conflicto armado entre los poderosos del mundo: ninguno de los vencedores quería que el antiguo régimen fascista volviera a adquirir poder. Los EE.UU. y la Unión Soviética (ahora Rusia) acordaron ocupar el país para después hallar un régimen pacífico y de libertad para los alemanes. Muy pronto se vio claro que las potencias vencedoras no podían ponerse de acuerdo sobre una política de ocupación común y crearon dos estados alemanes: la República Federal Alemana (RFA) que se integra a la órbita de los EE.UU. y la República Democrática Alemana (RDA)  que cae bajo la influencia de la Unión Soviética. Detrás de todo este proceso estaba la rivalidad ideológica de dos sistemas sociales opuestos y la política expansionista del gobierno soviético.

Hace ahora 42 años, el 13 de agosto de 1961, las autoridades soviéticas y de Alemania Oriental decidieron aislar la parte oriental de Berlín para detener el éxodo de ciudadanos hacia Occidente y ordenaron la colocación de las primeras alambradas. La construcción del muro comenzó unos días después, el 18 de agosto. Para entonces, muchos habían huido ya, y muchos otros siguieron intentándolo a pesar de la mole de hormigón. Alrededor de 250 personas pagaron con su vida su osadía de pasar al otro lado. Para Occidente era el "muro de la vergüenza". Para el Este, su barrera contra el fascismo.

Su caída el 9 de noviembre de 1989, 20 años después de su construcción, fue el comienzo del fin de los regimenes comunistas en Europa Oriental. Pero el muro de Berlín no cayó en un día ni en un otoño, como escribía Gorvachov en su libro "Cómo fue la reunificación alemana". Y es que el empeño de los berlineses en recuperar su libertad hizo posible que el Telón de Acero que había dividido en dos al mundo pasase a formar parte del pasado.

Cuando celebramos el 20 aniversario de la caída del muro de Berlín, es decir, del comienzo del siglo XXI, conviene recordar que en la práctica todo comenzó en los astilleros polacos de Gdansk cuando unos pocos sindicalistas perdieron el miedo. Y a todos los efectos, terminó cuando las autoridades húngaras decidieron, el 2 de mayo de 1989 desmantelar las alambradas en ocho kilómetros de su frontera con Austria, lo que permitió a miles de alemanes orientales huir en masa. En sólo tres meses, por ese pequeño agujero, el bloque soviético se disolvió como un azucarillo.

La desaparición del muro de Berlín  dio  lugar a la reunificación de Alemania el 3 de octubre de 1990, cuando la República Democrática Alemana se incorpora a la República Federal, cerrándose definitivamenete las heridas de la II Guerra Mundial y la desaparición de la Guerra Fría.

La desaparición de la Unión Soviética y del comunismo como forma de gobierno permitió a los países de Europa del Este incorporarse a la Unión Europea en el año 2004. Comenzando una nueva etapa para Europa y sus ciudadanos. En la actualidad Europa está unida y en paz después de un terrible siglo XX. Afortunadamente , el siglo XX es ya hoy una fotografía en sepia, el muro de Berlín una reliquia para curiosos y la estrella roja un souvenir que se compra en los mercadillos de los domingos.