El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, ha afirmado que el Gobierno andaluz está de acuerdo con el tope de déficit del 5,8% fijado por el Gobierno de España para 2013 (en vez del 4,4% que plantea la Unión Europea), pero no en el reparto del sacrificio entre administraciones para lograr esa contracción del gasto. Así, ha argumentado que mientras que el esfuerzo del Estado en sus cuentas será menor (su tope será del 4%), a las comunidades autónomas les corresponderá ajustar sus cuentas al 1,5%, un índice muy exigente en tiempos de crisis y más teniendo en cuenta que la media del déficit de las regiones está ahora en el 3%.

Para Griñán, este reparto de cargas es “injusto y peligroso” porque abocará a las autonomías a recortar en las políticas que tienen transferidas y que son claves para el mantenimiento del Estado del bienestar, es decir, sanidad, educación, dependencia y otras prestaciones sociales. “El Estado abusa y plantea un objetivo de déficit desmesurado a las autonomías”, ha afirmado.

En su razonamiento, el presidente señala que “el déficit ha sido fijado por el Gobierno de España en el 5,8%, porque es un objetivo más realista que el del 4,4%. Pero en lo que no estamos de acuerdo es en cómo se reparte ese 5,8%”. Así, el Estado ha establecido que su tope de déficit será del 4% en 2013, mientras que para las comunidades autónomas ha fijado un esfuerzo mucho mayor, con un techo máximo de déficit del 1,5%.

“No tiene sentido porque se reparte mal el sacrificio”, ha insistido Griñán, quien ha recordado que el Estado es el que más déficit genera y el que posee más facilidad para obtener recursos con que financiarse, siendo además sus necesidades de gasto inferiores a las de las autonomías, ya que éstas son las que deben hacer frente al grueso de las políticas sociales.

“Desde Andalucía -ha manifestado- proponemos al Estado un debate estableciendo prioridades sin tener en cuenta qué administración es la competente. Ese debate debería hacerse en las Cortes Generales y en la Conferencia de Presidentes, de forma que los ciudadanos, al estar representados en esos dos ámbitos, pudieran ser partícipes de lo que se decidiera. Éste sería el debate inteligente”.

Griñán aboga por una “distribución equilibrada y equitativa de los recursos y de los sacrificios” y ha insistido en que “no es natural” el reparto de cargas porque aboca a las comunidades autónomas a “hacer recortes en partidas necesarias para la ciudadanía, cuando el sistema de prestaciones sociales puede y debe ser sostenible” con crisis o sin ella. “El sistema ha de ser sostenible por razones estructurales, no dependiendo de coyunturas. No me niego a que hablemos de la sostenibilidad del gasto sanitario o del de las pensiones, pero sí me niego a que nos obligue a hacer recortes por la vía de una ley”.

El presidente andaluz se ha mostrado partidario de que se hagan reformas para salir de la crisis, pero ha dejado claro que esas reformas deben plantearse “sin derogar el modelo, sin lesionar el derecho de los ciudadanos a disfrutar de una serie de prestaciones sociales”. “Para salir de esta crisis no es necesario arruinar el modelo social. El problema no está en el gasto social”, ha enfatizado.