En los últimos meses asistimos a una avalancha de buenas noticias sobre el comportamiento de las empresas andaluzas en el mercado exterior. Junto al dato de que Andalucía se situaba como la tercera comunidad autónoma exportadora (aunque puntualmente llegó a ser la segunda en el primer trimestre del pasado año), los datos estadísticos nos indicaban que las exportaciones andaluzas habían tenido un crecimiento del 11,6% en los diez primeros meses del pasado año, frente al 3,2% que se registró en el resto del Estado.

Alfonso Díaz Abajo
Alfonso Díaz Abajo

Las buenas noticias no acaban aquí. Los 21.014 millones de euros alcanzados en octubre de 2012 suponían un récord en nuestra estadística exportadora, y aumentaban nuestro peso histórico en el total nacional, hasta alcanzar un 11,7%.  De esta manera, el sector exterior ha incrementado su contribución al PIB regional en un contexto de crisis económica y de desaceleración de nuestro crecimiento.

Algunas voces han señalado que este crecimiento es consecuencia de la atonía de la demanda interna, y de la necesidad de que nuestras empresas busquen otros mercados para dar salida a sus productos.

Sin descartar ese razonamiento, pienso que no es el argumento básico para explicar el buen comportamiento del sector exterior. En primer lugar, porque la internacionalización de una empresa es un proceso a medio y largo plazo, no fruto de decisiones inmediatas tomadas como consecuencia de la situación puntual del mercado. No creo que debamos confundir la internacionalización con la localización de nuevos mercados en tiempos de crisis. 

Lo que sí es cierto es que con la saturación de los mercados locales, se observa un mayor interés de las empresas andaluzas por abordar otros mercados. Así, hemos comprobado un mayor incremento de las empresas que demandan a la CEA asesoramiento en materia de salida al exterior.

Afortunadamente, las empresas andaluzas cuentan con una magnífica herramienta de planificación, como es el Plan de Internacionalización de la economía andaluza 2010-2013, negociado en el seno de la concertación social.

Pero no debe ser únicamente la Administración la que procure el marco apropiado para que la empresa andaluza pueda abordar la globalización de la economía en condiciones óptimas, sino que la propia empresa debe preparar su estructura y su capital humano. Así, las pequeñas empresas necesitan plantearse la salida a mercados exteriores como un objetivo estratégico para diversificar y ampliar su negocio, y asegurar la supervivencia en el propio mercado nacional, gracias a las ganancias de competitividad que se logra al competir en mercados internacionales.

No hay duda de que la internacionalización es una exigencia de la nueva gestión empresarial a la que se ven sometidas las empresas para adaptarse a un mercado cada vez más globalizado, donde la competencia es más directa y transparente.

Las empresas andaluzas son perfectamente capaces y, además, existen oportunidades de negocios y nichos de mercados que por sus diferenciales características han de ser aprovechadas. Para ello, la cooperación empresarial, que en sentido amplio de su significado engloba a la cooperación financiera, tecnológica, industrial o comercial, resulta un pilar básico para el éxito de estas acciones.

Estas alianzas estratégicas entre empresas ayudan en muchos casos a la pequeña y mediana empresa a alcanzar la dimensión necesaria para afrontar con éxito el proceso de internacionalización. Con un tejido productivo andaluz en el que el 95 % son pymes o micropymes esta técnica es usual para abrir nuevos mercados, conseguir suministros o capital o cubrir otras necesidades vitales para su crecimiento sostenido.

En conclusión, es necesario desmitificar la internacionalización de la empresa y plantearla en sus justos términos. Todas las empresas andaluzas deben ser conscientes de que emprender nuevas estrategias es fundamental para su crecimiento, y, en muchos casos, adoptar la decisión de cruzar las fronteras en busca de nuevos mercados es imprescindible para ello.

Alfonso Díaz Abajo, director del Área de Relaciones Internacionales, Creación de Empresas y Autónomas de la CEA