Su Alteza Real el Príncipe de Asturias y Girona ha visitado hoy, acompañado del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, y el presidente de Endesa, Borja Prado, las centrales hidroeléctricas de Endesa de Talarn y Capdella, en la comarca del Pallars Jussà (en Lleida). La visita se enmarca en el centenario de la construcción de las primeras hidroeléctricas en España, concretamente en el Pirineo Catalán, que supusieron un revulsivo económico y social para la zona. El recorrido coincide, además, con la conmemoración que está realizando su S.A.R. por la zona casi 100 años después que lo hiciera su bisabuelo, el rey Alfonso XIII, durante tres días en julio de 1924.

La visita ha contado también con la presencia del presidente del Consejo Asesor de Endesa en Cataluña, David Madí, el director general de Endesa en Cataluña, Josep Maria Rovira, así como de distintas autoridades y alcaldes de la zona, que han acompañado a Don Felipe durante el recorrido por las centrales de Talarn –también conocida con el nombre de Sant Antoni o de Tremp– y de Capdella.
En el momento de su construcción (1911-1916), la presa del complejo hidroeléctrico de Sant Antoni se convirtió en la más grande de Europa y la séptima del mundo (82 m. de altura por 206 m. de longitud), mientras que el pantano fue uno de los primeros que se construyeron en Cataluña y se considera el primer gran embalse de España ideado para un uso hidroeléctrico con 12 kilómetros de largo y una capacidad de 228 hm3. Junto a la central de Camarasa (1920), Talarn regula absolutamente las aguas del Noguera Pallaresa, haciendo de este río uno de los más aprovechados hidráulicamente de la península ibérica.
En el mismo recinto de la central, Su Alteza Real el Príncipe de Asturias y Girona visitó la exposición itinerante “El Pallars il•lumina Catalunya”. La muestra, que cuenta con una treintena de piezas cedidas por el Fondo Histórico de Endesa, explica de forma divulgativa el papel de las hidroeléctricas en la industrialización de Cataluña, así como la transformación del territorio, y se ideó con motivo de los 100 años de historia de las hidroeléctricas en el Pirineo Catalán.
La exposición explica el embrión de la Compañía y la transformación que significó para Cataluña y los Pirineos el hecho de llevar la electricidad desde las montañas hasta las fábricas y las ciudades. De este modo, la Canadiense y Energía Eléctrica de Cataluña –que se unieron en 1924– garantizaron el desarrollo de la industria catalana, y especialmente de la industria barcelonesa, aprovechando los recursos y el agua de los ríos. La actual Endesa en Cataluña es fruto de la iniciativa de estas compañías.
Por su parte, la central de Capdella (1912-1914) también visitada durante la jornada de hoy, es el primer gran complejo hidroeléctrico del país. Este permitió transportar la electricidad a más de 170 km de distancia hasta la ciudad de Barcelona y fue visitada por el rey Alfonso XIII durante el viaje que hizo en el verano de 1924. Su construcción también significó una mejora importante de las comunicaciones, gracias a la red de carreteras y de telefonía que se generó de manera paralela, de modo que las empresas hidroeléctricas transformaron la comarca del Pallars Jussà desde el ámbito económico, social y territorial.
Los orígenes de Endesa en Cataluña
A finales de 1911 se fundaron dos grandes compañías, grandes competidoras en sus inicios, que impulsaron la explotación hidroeléctrica del Pallars y la electrificación de Cataluña. Ambas unieron sus trayectorias años más tarde. Se trata de Riesgos y Fuerza del Ebro, filial de la empresa Barcelona Traction Light and Power Company Limited –fundada en Toronto por Fred Stark Pearson y conocida popularmente como la Canadiense– y Energía Eléctrica de Cataluña –impulsada por Emili Riu, financiero y emprendedor pallarés con capital mayoritariamente francés–.
Un ingeniero barcelonés, Carlos Montañés, convenció a Fred Stark Pearson de las grandes posibilidades económicas en Cataluña. Juntos obtuvieron en poco tiempo concesiones para construir los aprovechamientos hidroeléctricos de Sossís (1912), Seròs (1914), Sant Antoni (1916), Camarasa (1920), Sant Llorenç (1930), Gavet (1931) y Terradets (1935).
Durante la Primera Guerra Mundial, la industria catalana creció de manera espectacular y, en consecuencia, se elevó la demanda energética. Hasta entonces, la electricidad se había visto más como un lujo que como una oportunidad, pero la Canadiense empezó a ofrecer contratos a precios bajos a los grandes consumidores con lo que su uso se extendió y, en 1924, absorbió a su competidora, Energía Eléctrica de Cataluña. Así, se unificó la red de transporte de electricidad y se aumentó la capacidad de producción para poder iluminar las calles y los hogares, con lo cual se pudo sustituir el uso del vapor y la tracción animal en transportes y empresas. Las concesiones logradas por Emili Riu permitieron la construcción de las centrales de Capdella (1914), Molinos (1917) y la Plana de Mont-ros (1949).
En menos de tres décadas –entre 1912 y 1940– se construyeron doce centrales hidroeléctricas en el eje formado por los ríos Flamisell, Noguera Pallaresa y Segre. Estas generaban el 60% de la electricidad que se consumía en el área de Barcelona y la potencia total instalada alcanzó los 245.000 kW. Nueve de ellas se encuentran en la comarca del Pallars Jussà, dos en la Noguera y una en el Segrià.