E l sector agroalimentario supone ya el 7,8% del PIB y genera 1,8 millones de empleos convirtiéndose en motor del comercio exterior y consolidándose como un valor en alza en la economía española.

Sin embargo el sector debe mejorar su competitividad y, no sólo adaptarse al entorno, sino adelantarse y liderar las tendencias.

Delia Pascual
Delia Pascual

Con un nuevo consumidor, volátil, innovador, ahorrador, global, informado, cómodo e infiel que necesita encontrar nuevas propuestas aquí y ahora, y con un mercado global donde todo compite contra todo, la innovación y la tecnología se transforman en ventajas tangibles.

Desde la tecnología más puntera, como la nueva agricultura de precisión donde, por ejemplo, gracias a sensores de humedad del suelo y a las sondas de succión se pueden aplicar agua y fertilizantes según la necesidad real del cultivo. O neveras que ya envían órdenes de compra de alimentos cuando se van quedando vacías. O envases activos que interactúan con los productos y etiquetas inteligentes que facilitan información sobre el estado del envase y del producto. O espacios públicos donde realizar las compras de alimentación a través de un códigos QR.

Pero hay aspectos más cotidianos para mejorar la competitividad. El 95% de las pymes españolas cuenta ya con su página web pero poco más de la mitad usa un sistema de posicionamiento para facilitar la búsqueda, entonces, ¿cómo van los clientes a encontrar a las empresas?

Y las enormes posibilidades que ofrece la venta on line, donde tan sólo el 30%  tienen presencia, ¿será que el otro 70% no conoce que hay un mercado potencial de 2.400 millones de usuarios de internet en el mundo?

Un canal que permite la comercialización BtoB (Business to Business) pero sobre todo BtoC (Business to Consumer), tan importante para el nuevo sector agroalimentario.

Y qué decir de las redes sociales, un canal de comunicación global que permite escuchar,  fidelizar y captar clientes y cuyo uso queda a veces limitado a comunicar temas de bajo interés para los clientes.

Y más allá de los canales, trabajar la diferencia en los productos, la especialización, lo ecológico y lo natural son algunas de las tenencias que marcarán esta nueva era alimentaria.

No sólo las grandes empresas, sino sectores tan tradicionales como las pescaderías, pastelerías o fruterías han asumido el reto y aprovechado esta oportunidad multiplicando sus ventas y sus clientes, tanto dentro como fuera de España.

Y está al alcance de todos aplicando unas adecuadas técnicas de marketing, tanto a los nuevos negocios digitales como a los más tradicionales.

Crear marcas fuertes que gusten más allá de los productos, con envases y diseños atractivos, contar con estrategias de precios competitivos en el mercado global, tener cuidados planes de comunicación y personas preparadas para toda esta revolución. Y sobre todo tener al cliente como eje central del negocio. 

Estos y otros aspectos relacionados con las opciones estratégicas, comercialización y digitalización en las empresas del sector agroalimentario son las que se tratan en el  Curso Superior en Dirección de Empresas Agroalimentarias de EOI-Escuela de Negocios en su campus de Andalucía.

Delia Pascual, Socia Directora de Openroom