Andan últimamente empeñados, en especial políticos que temían pérdidas de elecciones, en la creación de un nuevo género periodístico, las ruedas de prensa sin preguntas. Algo así como una cuadratura del círculo, o unas ruedas de prensa cuadradas o ‘encuadradas’. Sin duda se trata de un capítulo más a añadir en las Facultades de Comunicación, a las clases y manuales de ‘Teoría de la Información’, el ‘sinpreguntismo’. Aunque José María Calleja, poco sospechoso de preguntas incómodas con el poder, considere que “precisamente esa moda del sin preguntas la trajeron a España los batasunos hace años” (ver El Confidencial del 15/01/2011), lo cierto es que la ha hecho estrella de las páginas y debates periodísticos, el hasta ahora todopoderoso ministro del interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, hoy más postulado que ayer a presentarse de candidato a la Moncloa, ante la debacle electoral del Partido Socialista.

De todos modos la situación incómoda la han extendido el conjunto de colegas a todos los partidos políticos. Prácticamente, “el nuevo género”, viene a equipararse con las clásicas declaraciones, para las que bastaba un simple comunicado de la organización periodística del partido. Ahora viene a hacerse lo mismo pero compareciendo “in person” el declarante. O, variedad del “sinpreguntismo”, uno se autopregunta y responde y aquí el maestro una vez más es el sr. Rubalcaba. En la rueda de prensa (¿?) del 15 de enero del corriente, tras el comunicado de ETA, el ministro dijo: “si ustedes me preguntan, ¿esto es el final?, les diría que no. Si me preguntan, ¿esto es lo que la sociedad española espera?, rotundamente no”. Hasta ahora las ruedas de prensa, se realizaban por convocatoria ante asuntos de interés especial para las organizaciones, en muchos casos se realizaba de manera distendida acompañadas de un almuerzo o cena, y el dirigente de manera coloquial se sometía a las preguntas según la convocatoria. Ni que decir tiene que los medios aprovechaban la ocasión para otras preguntas no objeto de la convocatoria pero sí de interés informativo. Jordi Pujol, acuñó la frase socarrona de “hoy no toca”, ahora se antecede con el “no se admiten preguntas”, lo que los periodistas lo tomamos como un “prohibido preguntar”.
La indignación que comenzó a finales de abril en twitter, con algún llamamiento a los medios alcanzó rápidamente notoriedad, y pocos días después se adherían en un manifiesto cerca de 80 medios y 10.000 ciudadanos, entre ellos de prensa, radio y televisión y una pluralidad de Asociaciones profesionales, bajo el lema “sinpreguntasnocobertura”. Un intento de evitar el impedimento a la libre información y desarrollo del trabajo por parte de los redactores: la Asociación de la Prensa de Madrid, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPAE), a la que se sumaron inmediatamente los Consejos de Informativos de TV3, TVE, Canal Sur y ETB y el resto amplio de medios de comunicación.

Hoy que es muy difícil sustraerse a comunicaciones directas, no presenciales, circularon las preguntas por red que no quería contestar el ministro, a modo de reacción, “nosotros también preguntamos porque sabemos la respuesta”. Estas eran algunas de ellas: la sucesión, el asunto Faisán, la constancia de la presabida legalidad de batasunos y ETA en una nueva formación, etc. El manifiesto, por otro lado, aludía a los criterios de falsa proporcionalidad y neutralidad de las cadenas privadas que ya aplican las públicas en los procesos electorales. Quiero decir al respecto tres cosas, sin quitarles la razón a la demanda de exigir información a los servidores públicos: una, que las ruedas de prensa, creadas en Norteamérica en los albores de las Relaciones Públicas, eran una forma de tener cerca a los periodistas y persuadirles; dos, que las críticas a las informaciones televisivas enviadas y montadas por los partidos de sus propios actos, están dentro de lo que en gabinetes de comunicación se entiende como las estrategias informativas de la organización sobre sí mismas, y que corresponde a la profesión en general exigir otras vías como libres debates al estilo norteamericano. Recuerdo que hace años, trabajando en el partido de Suárez, ante la falta de elementos humanos de Telemadrid para seguir todos los actos de campaña, creé un propio equipo informativo de elaboración y edición de noticias sin que nadie se escandalizase. Y tres y por último, las redes sociales han generado nuevos sistemas directos de comunicación, aunque el rostro del político lo veamos por internet, sin sentirlo cerca.

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