Hubo un tiempo muy cercano en que consultábamos folletos de rutas por carretera, que escribíamos cartas de amor impregnadas de colonias y carmín estampados, en que acudíamos a bibliotecas con olor a rancio, en que las enciclopedias llenaban estanterías e incluso se consultaban; que los cinéfilos se valían exclusivamente de sus notas manuscritas, de la asistencia a salas y certámenes, de la propaganda y los libros especializados o que los expertos en música demostraban su sapiencia por los discos archivados. Esa etapa que pronto nos resultará protohistórica sustituirá fotografías personales, cuadros, o posters de nuestras estrellas sin necesidad de cuelga fáciles o chinchetas, cambiando la decoración real por virtual – digital.

Desde el centro de pensamiento de los 70.000 individuos de Microsoft, se filosofa que "antes el ordenador servía como instrumento de trabajo, ahora va a servir para vivir". Y todo ello se argumenta desde cifras, desde los más de mil millones de usuarios mundiales, algo menos de la tercera parte en Europa, y más de 13 millones en España. La red va a transformar nuestro modelo de vivienda pero sobre todo nuestro "modus vivendi". Y naturalmente las relaciones humanas que cada vez se acostumbran más a los mensajes SMS, a "hablar" a través del ordenador, mediante "chats" y foros especializados, a buscar la media naranja de tus sueños o incluso a practicar el sexo cibernético. Es posible descargar prácticamente cualquier cosa porque alguien ha decidido enviarlo a la red, lo que hace muy difícil saber en muchos casos, las fuentes y por tanto verificar la veracidad. He aquí un ejercicio interesante para los estudiantes de periodismo, hoy reconvertidos en futuros periodistas cibernéticos.

La importancia del suceso es de tal dimensión que la industria del ocio que veía con temor esta nueva "Revolución Computacional", se ha sumado a ella, y así sucede con la música, el cine o la televisión. La cadena británica BBC, la televisión pública por excelencia, difunde sus programas más populares por las nuevas plataformas. Las compras de billetes por avión buscando ofertas, mercados de segunda mano, consultas bancarias, incluso visados profesionales, o algunos temas jurídicos, todo ello es posible por internet. La radio ha acudido también a ella, y cualquier medio que se precie difunde sus contenidos para ser escuchados a través del PC. Y naturalmente la prensa que vivía con temor la nueva forma de lectura, ha innovado sus formas y emite sus contenidos dándole protagonismo al internauta y creando nuevos portales como en el caso del deporte, muy consultados, facilitando cabida a nuevos profesionales del periodismo y ofertando servicios mediante la interactividad que el usuario "clica" o "cliquea" (¿?). Siendo este, por cierto, uno de los problemas de los nuevos usos: nuevos términos junto a la pobreza del lenguaje, fruto del ahorro de términos y de la inmediatez. Por lo que habrá que crear un nuevo portal para corregir los abusos y aberraciones lingüísticas de la naturaleza on line.

El móvil se va a convertir en el nuevo elemento esencial, el coordinador de terminales y en el nuevo ejecutor de sistemas. Ya lo emplean los técnicos para enviar órdenes, por ejemplo, ante una pérdida de emisión de un centro de radiotelevisión. Desde la Escuela de Telecomunicaciones de Sevilla se ha investigado para el uso del móvil en cardiopatías o para localizador de enfermos de Alhzeimer. La Doctora Nuria Oliver, ha creado un controlador del sueño para la apnea, empeñada además en que podamos reconocer los estados de ánimo mediante las expresiones faciales. Microsoft para una era en que los "Terabites" reemplazarán a los "Gigabites", se prepara para un futuro de comunicaciones sin cable, y la posibilidad de almacenar toda una vida en palabras o imágenes. Pero item más, se trata de que nuestro ordenador nos reconozca, nos prepare la ruta a seguir, lo que conviene comprar, los ingredientes que han de llevar nuestros platos favoritos o nuestra dieta, los previsibles atascos, etc. Con las debidas protecciones y salvaguardas, avanza en la Casa del Futuro y las nuevas Oficinas. En nuestras próximas estancias, se dejarán correos electrónicos en el buzón, desde nuestra silla veremos todo lo que ocurra en el hogar y lo controlaremos acomodadamente. Sabremos lo que hay en la despensa, el movimiento del animal doméstico, el comportamiento de los familiares, dialogaremos con la pantalla en la pared y sustituiremos el cuadro que hoy nos entristece por otro que nos motiva. Nuestros invitados recordarán la casa que visitaron por lo que registramos, porque la decoración digital la hemos cambiado a golpe de miniteclado. En ese universo rosáceo, aparecerán nuevos piratas que posibilitarán descargas ilegales, o nuevos "voyeures digitales" que se colarán con "spam" indeseados. Y algún catedrático malévolo se empeñará en recordarnos que una gran parte de la humanidad mantiene su despensa en la pobreza no virtual sino real, muy alejada de esta revolución que como todas trae profundos cambios que necesita tiempo para asimilar sus consecuencias. Mientras tanto acudo a desempolvar a Byron para remedarle y decir hoy respecto a este nuevo e inseparable comp@ñero/a, "no podemos convivir con él pero tampoco sin él".