Escribo este artículo en plena campaña electoral, por lo que la publicación de nuestro número mensual coincidirá con los resultados de las elecciones en algunas comunidades y en nuestros municipios.

No puedo ocultarles mi sorpresa porque en los mítines, especialmente los dos grandes partidos, lancen diatribas, denuestos, improperios y demás descalificaciones tan impropias de las proclamas que debemos suponer apropiadas para los temas más cercanos a los ciudadanos. La guerra de IRAK, el 11 M, que pueden preocupar al común de almas sensibles de los mortales, están sin embargo lejos del día a día de las soluciones que los ciudadanos exigen a los que gobiernan su entorno próximo.

Si bien, como escribimos más ampliamente en otra ocasión, nuestro país se distancia también en elecciones generales de la manera de vincularse a la política de los  norteamericanos, proclives a tomar decisiones en los grandes espectáculos televisivos de los candidatos; en esta parte de Europa los ciudadanos se fijan más en las actitudes y cercanías de los políticos, por regla general, en los compromisos contraidos y en la política desarrollada a lo largo de una legislatura, más que en el ‘marketing político' de una campaña, incluido los mítines de escasa asistencia, los panfletos y pancartas electorales, eslóganes y demás. Como ejemplo que he citado alguna vez, lo ocurrido con la Operación Roca, queriendo ocupar sitio nacional con su partido catalán, en una cuantiosa publicidad mediática con estrepitoso fracaso de resultados.

Quizá por aquello de lo de ‘made in USA' haya cogido desprevenidos a nuestros representantes, léase Zapatero y Rajoy, o Gallardón y Miguel Sebastián que en debates televisivos, en el primer caso cara al público, se han retratado con desconocimientos sobre el precio del café o no dar el sueldo mensual, y en el segundo intentando el candidato por Madrid verter acusaciones personales sobre el actual alcalde del Oso y el Madroño.

Parece que les cuesta trabajo entender a la cúpula de los aparatos de Partidos, este aspecto de cercanía a los ciudadanos, cuando verbigracia se elige para alternativa a Sevilla por parte del Partido Popular a un candidato acostumbrado a otros menesteres y cargos diversos, pero poco o nada vinculado a la política municipal hispalense. O para candidato alternativo a la capital del reino, el Partido Socialista Obrero Español elige como aspirante a alguien más acostumbrado a políticas macroeconómicas, por llamarle de algún modo, que a los asuntos mundanos de los munícipes.

Con todo, las elecciones municipales son un buen ensayo democrático, de política informativa, y de cumplimiento con la normativa electoral para las televisiones locales, que justifican mucho su esencia en el panorama mediático, dando la oportunidad de acercar las propuestas y programas, la voz y rostro de los que se comprometen para los próximos años, en un ejercicio profesional televisivo de proximidad con su audiencia específica y en su ‘micro nicho de mercado'. Por cierto, cuando llegan estas elecciones algunos se tiran de los pelos por no haber dado la importancia debida al fenómeno de las televisiones locales y acuden al muro de las lamentaciones por no haberlas difundido e incluso controlado. Pero para ello, estos que se quejan deberían de haber pasado por Facultades de Comunicación para aprender lo que es la Comunicación Estratégica e Integral y la Planificación, en las Instituciones, la Comunicación Externa e Interna, dejando hacer a profesionales que establezcan las acciones oportunas, cara a los ciudadanos, en lugar de preocuparse prácticamente en exclusiva por el control del aparato y situar a los amigos de turno.

Esa cercanía con los ciudadanos en el día a día es la que van a apreciar los votantes a la hora de elegir a su alcalde. El trabajo realizado como no, en vivienda, seguridad, desarrollo industrial, medioambiente, cultural, sanitario, integración social y política social, etc., pero en la misma medida su capacidad de entenderse y comunicarse con su pueblo y sus seres humanos, de esa capacidad afectiva van a depender igualmente los resultados y el apoyo para gobernar.

Estas elecciones son además un ensayo para comprobar la incidencia de los website y los mensajes por móviles, en definitiva las nuevas tecnologías aplicadas a la petición del voto, y una vez más la utilidad/no utilidad de las predicciones de votos o encuestas. En cualquier caso, aunque llego tarde por la fecha de publicación para la cita, los que sabemos por experiencia propia la ‘sangre, sudor y lágrimas' que nos ha costado conseguir elecciones en libertad, no podemos menos que recordar una vez más al General De Gaulle cuando con ocasión del referéndum de Argel, pidió a su pueblo, "vote si o vote no pero vote" aunque en francés. Vote a un Partido u a otro o vote en blanco pero vote…