Educar a los más jóvenes en el consumo de productos saludables y obtenidos mediante técnicas respetuosas con el medioambiente es el objetivo de algunas iniciativas de la Junta para formar a los consumidores del futuro. Con ello se consigue una doble finalidad: una población infantil y juvenil sana y alejada de la obesidad, que tanto preocupa a los gobiernos, y al mismo tiempo concienciada en la necesidad de garantizar la sostenibilidad de los recursos.
Esto es lo que hace el Gobierno andaluz a través de proyectos como el de Alimentos Ecológicos para Escolares de Andalucía, que aprueba con nota su primer año de funcionamiento al lograr que más de 2.500 niños consuman alimentos ecológicos en dietas equilibradas, aprendan a apreciar el gusto por los alimentos procedentes de la agricultura ecológica, en los que ocupan un lugar importante las frutas y verduras y reciban educación sobre hábitos de alimentación saludables y los métodos de producción ecológica.
En el actual curso 2006/07, el programa se incrementará de forma notable con la participación de más de 50 centros educacionales y guarderías y alrededor de 6.000 niños. Además, en un intento de ir más allá del ámbito escolar, la experiencia se amplía a tres hogares de ancianos y dos hospitales.
Consolidación
El crecimiento y consolidación de la agricultura ecológica en Andalucía en la última década es un hecho constatable cómo reflejan los datos de las últimas estadísticas e indicadores del sector. Sin embargo, este impulso productivo no ha ido acompañado de un incremento del consumo de estos productos dentro del territorio regional.
Esta es la gran asignatura pendiente de un sector de calidad, sostenible y que está haciendo considerables esfuerzos para superar las barreras que frenan el consumo como, la falta de disponibilidad, el elevado precio de los productos, sin contar la falta de hábito existente entre una gran parte de la población que no ve en las frutas y hortalizas, entre otros productos, sus ventajas nutricionales.
Para empezar y con carácter experimental, este año se han integrado menús elaborados con productos ecológicos en los comedores escolares, en el marco del denominado proyecto Alimentos Ecológicos para Escolares de Andalucía, con el que se pretende educar a los niños como consumidores del futuro, así como llevar a la familia hábitos de consumo saludable y respetuosos con el medio ambiente. Ese es el reto y principal logro de cocineros, profesores y promotores que participan en la iniciativa gracias a un acuerdo de colaboración suscrito entre las consejerías de Agricultura y Pesca, Educación y Medio Ambiente.

En el marco de este acuerdo y para garantizar un funcionamiento adecuado, cada consejería tiene una misión concreta. Así, Agricultura y Pesca no sólo se encarga de la preparación de las recomendaciones de dietas y menús, sino que también organiza la logística de aprovisionamiento de los productos y es la responsable de formar a cocineros, profesorado, escolares y brindar información a las familias. Asimismo, edita un boletín periódico de información sobre alimentación ecológica.

Por su parte, Educación es la responsable de incentivar la participación de los distintos sectores de la comunidad educativa del centro y de aportar la disponibilidad del servicio de comedor, mientras que Medio Ambiente es la encargada de realizar el material divulgativo especifico destinado a sensibilizar a los miembros de la comunidad educativa acerca de la necesidad de introducir los productos ecológicos en la dieta diaria.

Un total de 16 centros de Enseñanza Primaria y cuatro guarderías se han sumado al proyecto en su primer año de funcionamiento con un resultado positivo. Poco a poco y con el aval de expertos en varias disciplinas relacionadas con esta materia ha sido posible que los más pequeños empiecen a interesarse y hacer suya una dieta rica en frutas, verduras, leche, carne y huevos obtenidos mediante técnicas ecológicas.

Pero no sólo es cuestión de educar el paladar sino que además se realizan otras actuaciones como la distribución de información, jornadas, visitas a explotaciones ecológicas, acciones de degustación y jornadas gastronómicas. Con ello, se pretende que los niños conozcan de primera mano los beneficios que reporta a la salud el consumo de unos productos agrícolas libres de elementos contaminantes, resultado de una producción y elaboración muy exigente y respetuosa con el medio ambiente.