Agenda de la Empresa: ¿Cuáles están siendo los temas más notables que está afrontando CC.OO Andalucía en lo que va de 2013?

Francisco Carbonero
Francisco Carbonero

Francisco Carbonero: El tema más notable y más preocupante en estos momentos en Andalucía es el empleo, seguido de las políticas sociales, y de  cómo van deteriorándose las políticas de igualdad y cómo la protección social para las personas desempleadas cada vez es menor. Estas tres cosas son las que ahora mismo tienen un impacto en nuestra Comunidad cada vez mayor.

A.E.: ¿Espera algún cambio sustancial en la política de la Junta de Andalucía con Susana Díaz al frente del ejecutivo andaluz?

F.C.: Es verdad que siempre tiene uno el deseo de que puedan cambiar las cosas, pero visto el mes y medio del nuevo Gobierno con Susana Díaz al frente la verdad que o espabilan o tengo poca esperanza en los cambios. Eso sí, la ilusión en CCOO de que vayan a cambiar las cosas no la vamos a perder pero el Gobierno andaluz tiene que darle más ritmo a las políticas que hace y afrontar determinados asuntos de forma distinta.

A.E.: ¿Qué le pediría al nuevo ejecutivo?

F.C.: Primero y fundamental que se aclaren. En primer lugar saber qué van a hacer con la economía porque al fin y al cabo es el motor de la generación de empleo. Tienen que saber hacia dónde queremos orientar nuestro modelo productivo. Si no hacen eso que, desde nuestro parecer es lo esencial, será muy difícil que se puedan ir orientando políticas de formación, saber qué sectores vamos a incentivar para cualificar y recualificar a las personas en desempleo, muchas de las cuales sabemos que en las profesiones que han tenido hasta ahora no van a poder volver a trabajar. El segundo paso sería todo lo referente a las políticas sociales y políticas de igualdad que, aunque es verdad que no hay una privatización generalizada como se está dando en otras comunidades donde gobierna el Partido Popular, sí que hay un recorte tremendo de presupuestos. Hasta el momento veo un Gobierno andaluz demasiado complaciente con lo que llamo el eje del mal y que son las políticas que distorsionan al país y que están distorsionando a Andalucía, es decir las políticas que hace Rajoy y el PP. Les veo excesiva lealtad para quien tiene muy poca lealtad con Andalucía.

A.E.: ¿Qué modelo de financiación tienen en la actualidad CC.OO Andalucía?

F.C.: Los presupuestos de CCOO para este 2013 tienen como recursos propios el 92% de la financiación del sindicato, entendiendo como recursos propios la cuota de afiliados, con una cuota especial para parados y personas que no tienen ingresos, y los ingresos del sindicato a través de las minutas de nuestras asesorías jurídicas. El resto, es decir las subvenciones, tienen todas un carácter finalista y por tanto se dedican a las propias cuestiones que tienen como fin la propia subvención. Es decir, si nosotros mañana dejamos de ingresar cualquier subvención finalista, el sindicato seguirá funcionando absolutamente igual, no haremos formación o campañas de prevención de riesgos laborales pero las funciones normales del sindicato seguirían funcionando de la misma manera.

A.E.: ¿Habría un modelo ideal de financiación de los sindicatos? 

F.C.: En este país existe una deuda con los sindicatos y es que mientras sí que se ha resuelto la financiación de los partidos políticos y de otras entidades, no se ha hablado nunca de la financiación de los sindicatos. Debería haber una ley que estamos reivindicando a nivel nacional y a nivel andaluz en la que se regule no sólo la financiación de los sindicatos sino también la de las organizaciones empresariales por algo muy sencillo como es que en este momento todo lo que sea gastar dinero publico para financiar cualquier instrumento democrático y de un estado de derecho parece que es una herejía. Esto es un gran error porque las sociedades deben tener sus estructuras para que pueda haber democracia. En este país se está jugando demasiado con todo lo que supone una sociedad civil organizada, estamentos del estado que garanticen el estado de derecho. Todo está mal visto y de esto siempre ganan los mismos y al final lo que queda es mayores desigualdades, peores condiciones de vida de mucha gente, recorte de libertades, de derechos civiles y mayores ganancias para aquellos que tienen muchos mayores ingresos. En este momento la renta del capital supera en este país a la renta del trabajo, es decir, el beneficio de los empresarios es mayor que el salario de todos los trabajadores de este país.

Manuel Bellido e Isabel García entrevistan a Francisco Carbonero
Manuel Bellido e Isabel García entrevistan a Francisco Carbonero

A.E.: ¿Qué opinión tiene de los supuestos casos de corrupción que están afectando a la clase sindical?

F.C.: En primer lugar poner en cuestión que CCOO de Andalucía esté implicada en ningún caso de corrupción porque si lo está habrá que demostrarlo y hasta el momento no se ha hecho. Desde el sindicato hemos realizado un informe muy detallado del caso de los ERE y estamos convencidos que nosotros ni somos conseguidores, ni estamos en ninguna trama, ni estamos facilitando que nadie gane dinero. De 144 expedientes que hay en este momento en el juzgado de expedientes de regulación de empleo en 21 de ellos ha actuado CCOO y ha cobrado minutas. Pero, ¿es cobrar una minuta por parte de los sindicatos en conflictos tan tremendos como Santana o Delphi, entre otros, una ilegalidad? Ningún jurista al que nosotros hemos consultado y abogados de prestigio cree que eso es una ilegalidad. ¿O es legal que cualquier gran despacho de este país cobre minutas espectaculares y no lo es que el sindicato no pueda cobrar minutas a los trabajadores que no están afiliados por el trabajo que desde el sindicato se hace? Por otro lado si ser conseguidores es luchar porque las personas cuando le despiden de sus puestos de trabajo tengan las mejores condiciones posibles, entonces lo que tendrán que hacer es ilegalizar a los sindicatos porque la razón de ser de un sindicato es hacer un mejor reparto de la riqueza en la sociedad a través de los derechos y en la empresa disputando parte de la plusvalía. Entiendo que para alguna gente esto pueda resultar molesto pero nosotros entendemos que eso no es ninguna ilegalidad.

A.E.: Si se llegara a demostrar alguna irregularidad, ¿qué actitud tomaría el sindicato?

F.C.: Nosotros hemos detectado dos casos de personas que han sido afiliadas al sindicato pero que no han estado en los órganos de dirección y que en las instrucciones parece que por actividades ajenas al sindicato, es decir en su vida privada, han tenido comportamientos que entendemos que no son éticos y por tanto lo que hemos hecho ha sido abrirles expediente de expulsión. Esto lo recogemos en el informe que he mencionado antes, y si se volviera a repetir una situación similar inmediatamente se tomarían las medidas oportunas sin dudarlo. Es más, los propios autos y los informes dicen que no se detectan enriquecimiento personal de nadie de CCOO de Andalucía.

A.E.: En una institución tan grande como CCOO de Andalucía, ¿es posible controlarlo todo?

F.C.: Sería un atrevimiento tremendo decir que en una organización en la que hay decenas de miles de afiliados se puede controlar lo que hace cada uno de estos afiliados en todo momento. Ahora, ¿por qué cuando un afiliado a un sindicato comete un delito el titular del periódico asocia a esa persona con el sindicato y cuando es el socio de un equipo de fútbol no lo asocia al equipo? La prensa llama la atención con estos titulares cuando yo estoy plenamente convencido que por muchas hojas de periódicos y por muchos minutos de radio hablando sobre corrupción lo que a la sociedad realmente le preocupa es que haya desempleo, que hayan personas que no tienen para alimentar a sus familias, que no vean esperanza de poder salir de la situación en la que nos encontramos. Esto no quiere decir que no haya que estar preocupado por los casos de corrupción pero hemos llegado a un punto en el que si alguien que viene de fuera nos mira se creerá que desde el primero al último formamos parte de una mafia y esto no es así, España es un país de gente honesta y honrada.

A.E.: ¿Percibís que la sociedad tiene en estos momentos una mala imagen de los sindicatos?

F.C.: A los sindicatos cuando se hacen encuestas se les coloca en un apartado igual que a los partidos políticos cuando la acción del sindicato sólo la pueden observar los trabajadores que actúan por cuenta ajena y en la mayoría de los casos cuando tienen empleo. Seguramente si preguntas en cualquier empresa donde hay afiliación y el sindicato tiene una presencia muy activa, la respuesta será totalmente distinta que si vas a un barrio residencial de clase alta sobre la  opinión tienen de los sindicatos. La imagen de los sindicatos que en este país se está fomentando es la de su deterioro porque es lo que más le preocupa a algunos, en este caso a la derecha. Porque de todas las movilizaciones sociales que hay, la que puede hacer mayores presiones organizadas es el movimiento obrero. Cualquier otra movilización social que no termine y esté organizada no dejará de ser una movilización de masas importante, que nosotros además en muchísimas ocasiones apoyamos, pero que después terminará en nada. El poder sabe de la fuerza de los sindicatos y la derecha andaluza está muy resentida con nosotros cuando los sindicatos no somos los culpables de que Javier Arenas no gobierne en Andalucía, los culpables son ellos por sus políticas.

A.E.: ¿En qué debería mejorar Andalucía para aumentar su economía y empleo?

F.C.: Lo primero que tendría que hacer Andalucía es ser mucho más ágil a la hora de aprovechar las potencialidades que tiene nuestra Comunidad y una de estas mayores potencialidades es la industria agroalimentaria. Ahí no necesitamos que venga nadie de fuera porque tenemos la materia prima y una agricultura muy competitiva. El problema, y desde mi punto de vista, es que también es una agricultura muy acomodada en algunos casos, acomodada por la PAC. Lo que desde el sindicato venimos planteando es que el dinero de la PAC debe tener un traslado importante hacia el empleo y hacia las condiciones del mismo. Para eso es imprescindible hacer una gran reconversión en el empresariado andaluz. Andalucía está falta de empresarios dispuestos a invertir en sectores donde la ganancia se alcanza a medio largo plazo. Al margen, hay que hacer igualmente una apuesta clara en el diseño de políticas industriales, hacer un diseño claro y una apuesta por las energías renovables, por la autosuficiencia y por el abaratamiento del coste energético que les está inyectando a las empresas una lacra que lastra su competitividad. Todo esto se ha parado. En esa línea hay que ir trabajando para que el peso de la industria sea mucho mayor que el que es en este momento porque una comunidad que depende principalmente del sector primario y del sector servicios tendrá siempre una economía débil.

A.E.: Desde CC.OO se está denunciando el deterioro del sector público andaluz, que según el sindicato ha supuesto una pérdida de músculo e incluso de vísceras vitales para el mantenimiento del Estado de bienestar. ¿Qué solución propone?

F.C.: Cuando hablamos de la pérdida del músculo del sector público lo hacemos en dos direcciones. Por un lado no hay sector público desde el punto de vista de los servicios si no hay derechos, perder músculo en ese sentido es menos empleo pero sobre todo son servicios más deficientes para los ciudadanos. Y, en segundo lugar, nos referimos a cómo desde lo publico se incide en la economía para hacer de está una economía productiva en la que se incentive su crecimiento. Las dos cosas en este momento están absolutamente paralizadas. Una, y principalmente, por el ajuste del déficit asumido por España a las órdenes de Bruselas que está lastrando que se pueda hacer ninguna inversión. Nosotros somos conscientes de las dificultades de financiación, somos conscientes de que los límites de los impuestos propios de Andalucía están prácticamente al tope luego los márgenes de autogestión que les corresponde a Andalucía están muy limitados. Por eso lo que le pedimos al Gobierno andaluz que con un millón y medio de parados y con 750.000 personas que en estos momentos no cobran nada, al menos que tenga más agilidad y coraje y que se ponga al frente de una reivindicación para decir al Gobierno de España que aquí hace falta un plan de emergencia para el empleo. El Gobierno andaluz lo primero que tiene que hacer es tener absolutamente clara la información para el ciudadano, decir cuánto se ingresa, cuáles son nuestros márgenes y cuáles nuestras posibilidades de recaudar impuestos en Andalucía y cuánto es lo que nos permite el Gobierno de España para la financiación.

A.E.: ¿Puede hacer un balance de lo firmado en el  ‘Acuerdo para el Progreso Económico y Social de Andalucía’ y ese Pacto por el Empleo firmado hace unos meses?

F.C.: El balance hasta ahora mismo de ese Acuerdo se puede resumir en nada. Nosotros firmamos un acuerdo con el consejero anterior de Economia donde creemos que está el índice de las acciones y políticas a desarrollar para encaminar a Andalucía en una dirección de crecimiento, para preparar las líneas maestras de nuestra economía productiva. Hasta el día de hoy no sabemos en qué cajón de la mesa de no sé qué despacho estarán esos papeles para que algún día nos podamos poner a trabajar sobre eso. Lo firmamos en abril y meses ha habido con el Gobierno anterior y con este Gobierno. Nosotros somos pacientes pero después de mes y medio de este nuevo Gobierno con Susana Díaz al frente alguna noticia de qué piensa sobre este pacto podríamos al menos haber tenido. Nosotros lo vamos a seguir reivindicando.

A.E.: ¿Qué le falta y le sobra al sindicalismo en estos momentos?

F.C.: El sindicato debe tener una evolución permanente a cómo se desenvuelven y desarrollan los modelos productivos. El sindicato, como tal, solo tiene sentido estando en las empresas con los trabajadores para desde ahí disputar parte de la plusvalía y de los beneficios empresariales, luchando por mejorar las condiciones de trabajo de la gente. Este es el sentido más estricto del sindicalismo clásico que tiene una variable en algunos casos estrictamente corporativa. Nosotros no compartimos ese modelo de sindicalismo corporativo y menos hoy que nunca porque los grandes problemas de los trabajadores no sólo están en sus centros de trabajo sino en las políticas que se hacen para que se genere empleo, cuál es la parte importante de la riqueza de un país que le llegue a los trabajadores a través de la sociedad. CCOO se considera un sindicato sociopolítico porque buscamos no sólo la mejora de las condiciones de trabajo y el reparto de la riqueza en el ámbito de la empresa, sino que también buscamos una mayor justicia social y un reparto de la riqueza en la sociedad, algo que por tanto requiere no sólo apostar por la negociación colectiva. En ese campo lo que está sucediendo es que los poderes económicos han decidido que no es necesario tener estrategias para anudar el conflicto social, estrategias que sí favorecieron por ejemplo durante la Guerra Fría para contraponer modelos económicos y sociales distintos frente a la amenaza del socialismo de los partidos del Este. Cuando cae el muro de Berlín estos partidos van deteriorándose y con ellos el miedo por parte de los poderes. Hoy ese miedo está en los trabajadores y trabajadoras, es decir, en la mayoría de la sociedad, y eso sin ninguna duda no es una crisis económica. La crisis económica se está convirtiendo en una confrontación ideológica tremenda y quien esta ganando es el capital, que tiene a su servicio una derecha en nuestro país poco sensata que aglutina desde la extrema hasta el centro y que está al servicio de esos poderes que han logrado monopolizar casi todo el espectro mediático de nuestro país.

A.E.: ¿Y hay algún tipo de autocrítica en la labor del sindicato en los últimos años?

F.C.: Cuando salimos de la transición cualquier movilización del sindicato se traducía rápidamente en éxito: mejoraban los convenios, había más libertad, la sanidad se hacia universal, mejoraban las pensiones,… Como todo esto iba bien, desde el sindicato se ha trabajado mucho más los últimos tiempos en la cultura y en la tarea del trabajo sectorial, en el marco de las propias empresas. Llegada la situación de crisis en la que nos encontramos, nos ha costado recolocarnos, por lo tanto si tuviera que hacer autocrítica diría que fue un error el que cometimos desde el sindicato dejando en un plano más secundario nuestra apuesta sociopolítica. Y cuando digo apuesta sociopolítica lo hablo desde la absoluta autonomía y dependencia del sindicato. Una organización de masa como CCOO con cientos de miles de trabajadores afiliados no puede estar como era el sindicalismo clásico a la correa de transmisión de cualquier partido político porque la diversidad del mundo del trabajo es tal que para ser una organización de masa tiene que tener cabida todo el mundo. En este sentido, el sindicato hizo cambios a finales de los años 90 importantes y tuvimos grandes disputas dentro del sindicato porque apostamos por la emancipación. Fue un cambio que aunque costó muchas peleas, creo que afortunadamente se ha traducido en un éxito que ha permitido asentar a CCOO en este país como la primera fuerza política sindical, muy lejos de la segunda.

A.E.: Por último, ¿qué mensaje le gustaría transmitir a la sociedad en este momento?

A.E.: El mensaje sería que los cambios son posibles, que no van a ser fáciles ni rápidos. Para ello hay que desterrar políticas que no nos llevan a buen fin, y la grandeza para desterrarlas se llama democracia porque es ésta la que quita y pone políticos que son los que tienen la posibilidad de hacer es cambios. Andalucía, que forma parte de un proyecto que se llama España, tiene que ser siempre una comunidad estabilizadora pero para ello tendrá que apostar por no quedarse en un segundo plano frente a otras zonas del país. Creyendo en nuestro potencial y en nuestras posibilidades, Andalucía saldrá de esta crisis si se gobierna bien y en la dirección adecuada para que pueda salir fortalecida con un modelo productivo que destierre viejos modelos que no nos han dado muchos éxitos. Desde CCOO pedimos a empresarios que repartan el beneficio de forma equitativa, que generen empleo y que no piensen solo en las cuentas de resultados sino también en la función social que cada una de las organizaciones y personas tenemos que tener en nuestra Comunidad. Estoy convencido que aquí hay mucha gente preparada porque aunque es verdad que hay falta de empresas también es cierto que contamos con empresas muy punteras en algunos sectores. Lo que necesitamos es aunar y consensuar todo eso para generar ilusión y creernos que es posible.

Manuel Bellido e Isabel García