Decía una cita clásica que “una persona inteligente se recupera enseguida de un fracaso, mientras que una persona mediocre tarda mucho en recuperarse de un triunfo”. Desde que el ministro Montoro hablara hace escasas semanas de ‘recuperación económica’ muchas son las opiniones, dentro y fuera del país, que han salido a la palestra. Hay quienes hablan del principio del fin y otros cuyo único fin que entienden es realmente poder ‘llegar a fin de mes’. Mientras que algunos abanderan un ‘triunfalismo’ aún por llegar  -y notar- otros, en cambio, echan por tierra cualquier atisbo de posible recuperación haciendo más negro lo negro. Esta es nuestra España y así ha sido siempre, la del blanco o negro, derecha o izquierda, la del Madrid o del Barcelona, del norte o del sur… todo menos unión, todos menos Nación, aunque el motivo bien merezca la pena. Lejos de opiniones enfrentadas hay datos objetivos que sí nos hacen creer y confiar en que España está saliendo verdaderamente de la crisis económica, como las cifras históricas de exportación, el crecimiento de la competitividad de las empresas, la estabilización del mercado laboral, descenso de la prima de riesgo, retorno de inversión extranjera que vuelve a confiar en España, etc.

José Santos
José Santos

Datos y signos positivos que nada   -a día de hoy- se palpan o sienten en las familias pero que sirven como luz al final de un túnel o sencillamente como esperanza donde creer que se está más cerca de la verdadera recuperación, esa que disminuya significativamente los datos del paro. España estaba necesitada de noticias positivas y, ahora que comienzan a darse, hay quienes siguen empeñados en oscurecer cualquier dato positivo por muy pequeño o grande que parezca o incluso de dividir más aún al país con quimeras independentistas. Llega el momento de aprovechar las buenas noticias y convertirlas en reales y palpables para todos, debemos continuar por la senda del esfuerzo, seguir siendo prudentes, trabajar unidos para volver a recuperar la credibilidad y conseguir inspirar confianza tanto dentro como fuera de España. Y por favor, vamos a quedarnos con lo bueno -aunque aún sea escaso- que lo malo siempre llega solo.

José Santos