Creo que me corresponde por derecho hablar de mi paisano Pep Guardiola, adelantándome, si puedo, al "maremoto" de glosas y ensayos que con toda seguridad sucederán y justificarán mis queridos colegas y otros tantos gurús, en el que se evidenciarán sin duda y con razón, las enormes virtudes del liderazgo y cuyo resultado ha culminado en la tríada de éxitos futbolísticos de Pep y que en adelante se pondrá como ejemplo práctico en muchos cursos de gestión empresarial.

Para mí, este éxito por triplicado en un sólo año, responde a la combinación de otros tres factores de excelencia que siempre han funcionado en la empresa y en la vida: metodología, personas y algo de fortuna. No hay que romperse mucho la cabeza, para descubrir que el auténtico líder goza de la afinidad y que no es lo mismo elegir que ser elegido, tampoco decimos nada nuevo, afirmando que además de vivir con la ventana abierta a lo que ocurre en el entorno, la mejor inteligencia siempre es la emocional y el mayor recurso personal es la comunicación, precisamente porque somos seres  que nos emocionamos y no hay más.

Es probable que Pep, no haya descubierto ningún sistema nuevo para triunfar en su nuevo "rol" como técnico, pero aplicando técnicas y habilidades propias del ámbito empresarial ha conseguido lo que muchos profesionales, con mucha técnica y con mayor experiencia no han hecho hasta ahora, obteniendo además el reconocimiento de todos y eso se llama credibilidad y todo, gracias a su coherencia.

Sería bueno que desde el ámbito de la formación en competencias, que es el mío, y también desde la empresa, se analizara un poco esta situación y digo sólo "un poco" porque lo demás está dicho, el método lo encontrarán en cualquiera de los manuales de autoayuda para líderes  que se han escrito, esto sí, con la mejor buena intención, cualquiera sirve, de verdad, lo único que cambian son las personas y aquí amigo y amiga, está el "secreto".

Porque al final, todo aspiramos simplemente, a ser tratados como tales, con respeto, escuchando, gestionando emociones y aplicando toda la empatía. Después el líder, o mejor el "responsable" que es un nombre que me gusta más, sólo debe conducir como un chófer del bus y llevar a la gente hasta su objetivo individual y grupal, a fin de que cada uno esté en su sitio y todos en el del grupo, procurando claro está, que se porten bien entre todos.

De verdad el "secreto" del éxito de Pep, es que no hay "secreto" como diría nuestro admirado poeta Lluis Llach. Todo es posible y siempre está todo por hacer, pues el gran problema de triunfar no sólo consiste en digerirlo con humildad, que no es poco, sino en tener el nuevo reto de superarlo en el ejercicio siguiente.

Pero hoy vale la pena que disfrutemos del éxito del trabajo bien hecho, también de la meritocracia y de una filosofía de valores corporativos, en este caso de un club, que ha seguido fielmente su misión integrando sus factores de siempre (cantera, juventud, prudencia riesgo, etc) y al que sólo le faltaba alguien que se lo creyera y lo aplicara y éste ha sido Pep Guardiola, de verdad, el "sentido común" y tod@s te damos las gracias.