Bueno -me dijo Don Contradictorio- y ahora que estamos en crisis, ¿qué me dices de las vacaciones? Porque yo lo tengo claro, si no me voy a un hotel de  4 ó 5 estrellas, no me muevo de mi casa, así es que pasaré los calores entre mis paredes, usando el aire acondicionado a tope. Pues -le contesté- allá tu, pero creo que haces muy mal. Porque sitios para pasar las vacaciones los hay "a porrillo" y más interesantes que en uno de esos hoteles tan estrellados, como dices, que con frecuencia te bañas en la piscina y ni siquiera bajas a la playa. Te diré que puedes ir a hoteles rústicos, enclavados en medio del campo, donde se oye el canto de los gayos, anunciando que va a amanecer, o el jolgorio de los pájaros  que inician su vida de amor y de alimentar a sus hijos. En esos parajes, puedes contemplar los campos, sembrados  o en barbecho, puedes ir sendero adelante, subir montes, quizá tumbarte en el césped, a la sombra acogedora de los árboles de un bosque. En suma, vivir la vida, lo que en la temporada de trabajo, pasa a tu lado, sin que la puedas apreciar, en todo lo que vale. ¡Ah¡ y te diré, tú que eres aficionado a la buena mesa y al morapio, que  esos lugares campestres  no te van a defraudar. Que encontrarás con qué regalar tu paladar y alegrar tu gaznate, porque tanto las comidas que te ofrecen, como los vinos de la tierra son excelentes. Y si paso al capítulo de excursiones, las tienes a pie y tambien a caballo, que ya sabes lo que suponen, dolores  en las piernas y la cintura, el primer día y luego mejoras. Para compensar, los paisajes que puedes ver, te alegrarán la vista. Y no te digo más, mi buen amigo. Anímate y ahorrarás dinero, consumo eléctrico, y fortalecerás tu salud y la de los tuyos. Pero anímate pronto, que son muchos los que se animan.