Con la llegada de los Reyes Magos a la vuelta de la esquina, son muchos los que aprovechan estos primeros días del año para realizar sus compras de última hora. Sin embargo, algo a tener en cuenta es que con este tipo de productos, destinados al consumo infantil, hay que aumentar aún más si cabe los cuidados en cuanto a controles de calidad se refiere.

Niño jugando
Niño jugando

Es imprescindible asegurarse de que estos juguetes cumplen los requisitos necesarios para no perjudicar la salud de los niños y que disfruten de ellos sin correr ningún tipo de peligro. “Cada año realizamos miles y miles de inspecciones de calidad de los juguetes y nos encontramos con auténticas barbaridades”, sostiene Alex Makow, Director de AsiaInspection para Europa, quien añade que “es necesario apostar más que nunca por precio-calidad en los juguetes de nuestros hijos, algo posible siempre que los productos superen una serie de inspecciones necesarias que avalen el buen estado de sus componentes”.

La compañía apunta que, algunas de las técnicas empleadas por los fabricantes chinos, son el uso de materia prima de bajo coste perjudicial para la salud o el empleo de productos prohibidos en Europa.

La crisis económica ha provocado que cada vez más familias adquieran los regalos de Navidad en establecimientos asiáticos, pero comprar en este tipo de tiendas no significa que el producto carezca de calidad.

Desde AsiaInspection explican cómo el consumidor puede saber si el producto que va a adquirir cumple o no con los requisitos mínimos exigidos:

ü  Desconfiar de los juguetes falsificados y copias ilícitas, ya que estas no siempre responden a las normas de seguridad requeridas por la UE.

ü  Comprobar la procedencia del artículo y los materiales con los que está fabricado.

ü  Asegurarse de que lleve la etiqueta de Marcado “CE”: se trata de un compromiso del fabricante de que el juguete cumple todas las normas de seguridad de la UE.

ü  Mirar que estén indicados los posibles riesgos que pueda entrañar e indicada la edad mínima para su utilización, si es necesaria, para no correr riesgos, así como las advertencias acerca de los riesgos derivados del uso del juguete y la manera de evitarlos.

ü  Examinar que esté identificado el nombre y/o razón social y/o marca, así como la dirección del fabricante o de su representante autorizado o importador de la UE.

ü  Verificar que contenga la información sobre su uso y montaje en castellano u otro idioma oficial del lugar donde se compre el juguete. Es primordial leer todas las advertencias e instrucciones.

“Los productos tienen que pasar una estricta supervisión, ya que hay muchas piezas pequeñas que los menores pueden llevarse a la boca o ingerirlos de manera accidental. Todos los cuidados son pocos, por ello en productos infantiles hay que extremar los riesgos y velar por la calidad máxima en cada producto que se adquiera”, finaliza Alex Makow.