A finales de 2009 los Servicios Técnicos de ASAJA-Sevilla tuvieron acceso a un documento del Ministerio español de Agricultura del Gobierno de Zapatero denominado “Elementos Clave para la configuración de la PAC del futuro ´Horizonte 2020`” en el que se abogaba por un pago de base o una “tasa plana” de 100 euros por hectárea para todos los agricultores y toda la superficie agraria de España sin tener en cuenta ningún otro criterio.
Ni que decir tiene que el documento nos dejó seriamente preocupados, máxime viniendo del propio Ministerio de Agricultura del país que más pagos de la PAC percibe después de Francia. Resultaba de todo punto incomprensible.
Fue entonces, a finales de 2009, cuando aún no había siquiera un documento oficial de reforma de la PAC, cuando ASAJA puso a funcionar toda su maquinaria para evitar la debacle absoluta de la agricultura española. Cuatro años después, podemos afirmar, sin falsa modestia, que desde ASAJA hemos contribuido muy directamente a parar el golpe de la tan temida “tasa plana”, una tarea que ha sido posible gracias al trabajo técnico y el esfuerzo negociador del equipo del ministro Arias Cañete, y al respaldo de un buen número de CC.AA. que han fortalecido al bloque negociador español en Bruselas.
Casi dos años después, el día de la presentación oficial de la propuesta de reforma de la PAC por parte del comisario Ciolos, ASAJA ya llevaba recorrido mucho camino: fuimos los primeros en manifestar nuestro más absoluto rechazo y en criticar el terrible impacto para el campo andaluz y español de la propuesta de una tasa plana uniforme, pero no nos quedamos en la crítica como hicieron otros, estudiamos los textos y encontramos los resquicios de las propuestas de reglamentos que nos podrían permitir esquivar la “tasa plana”, multiplicamos las reuniones en Madrid, Sevilla y Bruselas para proponer la comarcalización o zonificación, una alternativa que permitiera aplicar criterios de diferenciación en los pagos que reflejaran la realidad y diversidad productiva de nuestras comarcas agrarias.
Los pasados 16 y 17 de diciembre se aprobaron definitivamente los reglamentos para la reforma de la PAC 2014-2020 y podemos decir que partiendo de donde partíamos, el resultado ha sido satisfactorio.
Sin duda la reforma tiene también muchos aspectos negativos, comenzando por los escasos avances en mecanismos de gestión y regulación de mercados (la gran asignatura pendiente de la PAC), continuando con las necesarias excepciones que este sector necesita en materia de competencia y terminando con la enorme complejidad burocrática y las dificultades que nos esperan a todos -agricultores, organizaciones agrarias y administraciones- hasta lograr su implementación definitiva.
El resultado final de la reforma ofrece un horizonte de estabilidad para el sector agrario y agroalimentario. Los pagos directos, aquellos que llegan directamente a los bolsillos de los agricultores y ganaderos, y que suponen entre el 30 y el 40% de los ingresos de la explotación, están garantizados hasta 2020, ahora toca seguir luchando por lograr que los agricultores y ganaderos logren un precio digno por la venta de sus producciones, una batalla mucho más compleja en la que necesitamos del apoyo de todos, y especialmente de los consumidores, a quienes nos debemos y para quienes trabajamos y quienes, siempre y cuando a los agricultores y ganaderos mantengan la rentabilidad de sus explotaciones, continuarán recibiendo productos de gran calidad y con una salubridad garantizada.
Ricardo Serra Arias, presidente de ASAJA-Sevilla y ASAJA-Andalucía