El año que concluye nos ha dejado una PAC medio cerrada, con los grandes temas decididos, pero con algunas cuestiones importantes aún abiertas, que cada país debe definir. La nueva PAC no es buena para Andalucía, porque vincula las ayudas a la superficie en lugar de a la producción, y porque sigue sin dar respuesta a nuestro gran problema: el mercado, en el que nos jugamos la mayor parte de la renta.

Miguel López Sierra
Miguel López Sierra

Mientras tanto, Europa sigue abriendo fronteras, no a las personas, sino a los productos que llegan de terceros países,  aunque lesionen frontalmente los intereses de nuestros agricultores y ganaderos, y aunque favorezcan el dumping social, económico y medioambiental al introducir prácticas no permitidas en la UE.

Por si todo esto fuera poco, desde hace años asistimos a una escalada de los costes de producción que ya suponen más de un 93% de la renta agraria. Según datos de un estudio realizado por COAG, en los últimos cinco años, los costes de producción se han incrementado un 13,4%, mientras que la renta agraria ha caído un 1,3%. Si miramos la evolución en 10 años, la caída de la renta supera el 23%. 

Mención aparte merece la espectacular subida de precio de las tarifas eléctricas para riego. Desde que en 2008 el Gobierno suprimió la tarifa eléctrica de riego, los agricultores de regadío han soportado incrementos por encima del 120%.  El coste eléctrico ha pasado a ser la primera preocupación de las explotaciones de regadío, a pesar de que su consumo es totalmente estacional.  La publicación en agosto de 2013 de la Orden IET/1491/2013, incrementa el peaje de potencia pero reduce el término de energía, lo que perjudica especialmente a los regantes.  La agricultura española no se entiende sin el regadío, por lo que resulta absolutamente apremiante afrontar esta situación que está poniendo en riesgo la viabilidad de este tipo de explotaciones.

Por eso, uno de los objetivos para el año que comienza es conseguir que las distintas administraciones pongan en marcha medidas que ayuden a reducir los costes de producción, especialmente los energéticos. Esto pasa por reconducir los esfuerzos que se realizan en materia de I+D+i, acercando la investigación al campo, para que los avances conseguidos reviertan de manera real y efectiva sobre el sector agrario y sobre los profesionales.

Los recortes en materia presupuestaria, que se han producido en todas las administraciones, no nos ayudan, porque ponen en riesgo una trayectoria de trabajo en áreas como los seguros agrarios, y porque dificultan la puesta en marcha de políticas propias para promover la innovación, la modernización o el relevo generacional, que tanta falta nos hacen.

Tampoco estamos contentos con iniciativas como la ley de cadena alimentaria, que aunque evitará algunos abusos comerciales, finalmente no se ha convertido en el instrumento garante de un precio justo que los agricultores y ganaderos necesitan.

Pero a pesar de todo, hemos mejorado nuestra productividad y somos capaces de equilibrar la balanza agroalimentaria gracias a nuestra fortaleza exportadora. Nuestros productos son reconocidos por su calidad, fruto del esfuerzo que los hombres y mujeres del campo realizan día a día, de sol a sol. Porque queremos seguir siendo agricultores y ganaderos activos. Queremos seguir siendo productores de excelencia y guardianes del medio ambiente. En 2014 vamos a seguir luchando. Ahora falta ver si nuestros gobernantes se ponen enfrente o a nuestro lado.

Miguel López Sierra, secretario general de COAG Andalucía