España fue el año pasado el segundo país más visitado del mundo, después de Francia, según el último Barómetro de Turismo Mundial elaborado por la Organización Mundial de Turismo (OMT), que destaca el incremento en el número de turistas en todo el planeta: 898 millones, un 6,2% más que un año antes.

Pese al lugar privilegiado que ocupa el turismo español, en 2007 mostró ciertos síntomas preocupantes. En primer lugar, porque el crecimiento de un sector tan maduro como el español fue del 2%, cuatro puntos por debajo de la media y, en segundo lugar, porque cercanos competidores como Francia (2,6%), Italia (7%) y Portugal (10%) crecieron más.

El secretario general de la OMT, Francesco Frangialli, reconoció ayer en la presentación del barómetro que «no se puede decir que 2007 haya sido un año excelente para España». No obstante, nuestro país fue el segundo país más visitado, después de Francia, pero por delante de potencias munciales como Estados Unidos, China, Italia y Gran Bretaña.