Iberdrola realiza su principal aportación a la sociedad a través de su negocio básico: el suministro de un producto esencial como es la energía. De su propia actividad se derivan numerosos impactos positivos para su entorno, como inversiones en infraestructuras básicas e I+D, apoyo a la red de proveedores locales, fomento del empleo o las contribuciones vía impuestos. Sin embargo, la compañía no se conforma con cumplir con su actividad empresarial sino que desarrolla su gestión siempre en línea con valores como la ética, el respeto por el medio ambiente, la seguridad, la fiabilidad, la orientación a los clientes, los resultados económicos y el sentido de pertenencia y confianza.

Alberto Yarte
Alberto Yarte

Este modo de hacer las cosas, que se aplica a todos los procesos, es la base de su Responsabilidad Social Empresarial. Iberdrola estructura sus líneas de actuación en este ámbito a través de la relación tanto con su equipo humano y las comunidades en las que opera como con el resto de los grupos de interés, con los que mantiene una fuerte implicación.

Además de la aportación a la sociedad a través de su actividad, el compromiso con las zonas en las que Iberdrola está presente va más allá, y especialmente con los colectivos menos favorecidos. Esta fuerte vinculación se materializa en numerosas actuaciones, realizadas por la propia empresa o en colaboración con entidades relevantes de la administración y de la sociedad civil. La actividad social del Grupo Iberdrola está coordinada e impulsada por la Fundación Iberdrola, que tiene en la contribución al desarrollo de un modelo energético sostenible, el desarrollo cultural, y la cooperación y solidaridad, sus principales áreas de actuación.

En este sentido, cabe destacar su programa de becas de máster en energía y medio ambiente en España, Reino Unido y Estados Unidos y de ayudas a la investigación en España, dirigido a aquellos jóvenes que quieren mejorar su formación en áreas relacionadas con las energías renovables, eficiencia energética, medio ambiente y biodiversidad, tecnologías limpias, gestión de emisiones, almacenamiento de energía, vehículo eléctrico y redes de distribución inteligente.

De esta forma, a lo largo del último ejercicio, un nutrido grupo de jóvenes, entre ellos ocho andaluces, han llevado a cabo estudios de postgrado en universidades británicas, españolas y norteamericanas con su apoyo, que se suman a varios cientos que han tenido la oportunidad de formarse en el Grupo como becarios o aprendices. Iberdrola  contribuye así a la creación de una nueva generación de profesionales capaces de afrontar los retos que presenta la transformación a un modelo energético más sostenible. El fin último de estas iniciativas es mejorar la calidad de vida en los territorios donde la compañía está presente. Con este objetivo, la Fundación Iberdrola desarrolla su programa de ayudas sociales Energía para la Solidaridad, de las que se han beneficiado proyectos dirigidos a la cobertura de necesidades básicas y la integración social de los sectores de población más vulnerables y contribuir a la lucha contra el cambio climático y la protección del medio ambiente, así como impulsar otras acciones de interés alineados con los fines de la Fundación y la estrategia de Responsabilidad Social del Grupo. Entidades andaluzas como UPACE San Fernando, FEDER Sevilla o Asociación Alba de  Almería han participado de estas ayudas durante 2013. Precisamente, con el propósito de alentar la participación de su equipo en iniciativas sociales afines a sus valores, Iberdrola puso en marcha en 2006 su programa de Voluntariado Corporativo. Con carácter general, este programa contempla proyectos relacionados con la discapacidad y otros colectivos en riesgo de exclusión, el medio ambiente, el desarrollo sostenible y facilitar el acceso a la energía a los que aún no lo tienen. Entre las actividades propuestas por Iberdrola, cabe señalar la celebración del Día Internacional del Voluntariado de forma simultánea en España, Reino Unido, Estados Unidos, México y Brasil, con la participación de más de 800 empleados en decenas de acciones solidarias en un mismo día. Así mismo, gracias a su dimensión internacional, la empresa puede abordar proyectos como el programa Iberdrola-Sao Paulo 2.0, que pretende ayudar a un grupo de jóvenes brasileños procedentes de áreas social y económicamente deprimidas a mejorar sus posibilidades de inserción social y laboral a través de la formación, de la mano de un equipo de empleados voluntarios procedentes de varios países. Iberdrola potencia de este modo su contribución social a través del talento y preparación de las personas que la conforman, y que constituyen el centro de su actividad. Como consecuencia de esta visión, entre los objetivos de su política de Responsabilidad Social Corporativa se encuentra desarrollar un marco favorable de relaciones laborales basado en la igualdad de oportunidades, la no discriminación y el respeto a la diversidad.

Alberto Yarte, delegado de Iberdrola en Andalucía