La Junta General Extraordinaria de Feragua ha acordado recientemente la constitución de la “Asociación Feragua de Comunidades de Regantes de Andalucía”, que viene a ampliar a toda la comunidad andaluza el ámbito territorial de la antigua Federación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Guadalquivir, Guadalete y Barbate. La nueva Federación mantendrá su acrónimo actual, Feragua, así como su logotipo, aunque su denominación jurídica será “Asociación Feragua de Comunidades de Regantes de Andalucía”. Su presidente seguirá siendo José Fernández de Heredia.

En la actualidad, Feragua asocia a unas 250.000 hectáreas distribuidas por las provincias de Jaén, Granada, Córdoba, Sevilla y Cádiz, que suponen aproximadamente el 42% de toda la superficie regable de las Cuencas del Guadalquivir, Guadalete y Barbate, y más del 60% de la superficie adscrita a comunidades de regantes. Tras la ratificación de la Junta General Extraordinaria, Feragua espera sumar en menos de un año 100.000 nuevas hectáreas de regadío de otros puntos de la geografía andaluza hasta alcanzar en ese período de tiempo una representatividad de todo el regadío superficial de Andalucía del 60%, idéntica a la que ya tiene hoy en las cuencas del Guadalquivir, Guadalete y Barbate.

La ampliación del ámbito territorial de actuación de Feragua se produce como consecuencia del traspaso a la Junta de Andalucía de las competencias hidrográficas de las cuencas intra-comunitarias andaluzas. Este traspaso ha generado la constitución de la Agencia Andaluza del Agua, un nuevo organismo administrativo dependiente de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía que gestiona las competencias hidráulicas de las cuencas Atlántica y Mediterránea. Además, la Agencia Andaluza del Agua aspira a cogestionar la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

Feragua ha entendido que esta concentración de competencias hidrográficas en un solo órgano administrativo de carácter regional hacía aconsejable la unión de todo el regadío andaluz en torno a una entidad fuerte y representativa, “que canalice con criterios profesionales los intereses colectivos del sector, y que sea capaz de ser un interlocutor válido para colaborar con la administración en la resolución de los problemas y retos que plantea la política de regadíos, en una región seca como la andaluza”, ha explicado ante los asociados el presidente de la Federación, José Fernández de Heredia.

En este momento, Feragua tiene avanzadas las conversaciones para integrar a regantes de todas las provincias de Andalucía que representan más de 50.000 Has del litoral andaluz. En concreto, se trata de la Junta Central de Usuarios de Valle del Almanzora de Almería; de la Comunidad General de Regantes del Bajo Guadalfeo de Granada; de la Junta Central de Usuarios del Guaro de Málaga; de la Junta Central de Usuarios del río Guadiaro, de la Comunidad de Regantes Los Sotillos y de la Comunidad de Regantes Guadalete margen izquierda en Cádiz; y de la Comunidad de Regantes de Palos de la Frontera, de la Comunidad de Regantes del Piedras-Guadiana y la Comunidad de Regantes del Sur Andevalo en Huelva.

Libro del X Aniversario
Feragua ha hecho coincidir la ampliación definitiva de su ámbito territorial con la presentación del Libro de su X Aniversario, un trabajo que recoge los principales desafíos de futuro del regadío andaluz en la próxima década y con el que Feragua ha recopilado los actos y trabajos que en noviembre de 2004 sirvieron para conmemorar los diez años de existencia de la Federación. Al acto de presentación de este libro, en el que Feragua ha contado con la colaboración de las Consejerías de Agricultura y Medio Ambiente, asistieron el consejero de Agricultura y Pesca, Isaías Pérez Saldaña, el director de la Agencia Andaluza del Agua, Juan Corominas, y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Francisco Tapias.

Las conclusiones de este trabajo son reveladores en ámbitos como la reforma de la PAC, el desafío de la sostenibilidad o la repercusión de la Directiva Marco de Aguas. En relación con la reforma de la PAC, el estudio advierte de que los crecientes costes del agua podrían hacer el regadío andaluz menos competitivo con respecto a otros países competidores, desplazándose las producciones hacia cultivos menos demandantes de agua aunque menos rentables, efecto que también se daría de producirse una reducción en las dotaciones de agua. Asimismo, señala que la ampliación de la UE-15 constituye una oportunidad por el aumento de mercado para los productos de regadío de mayor valor añadido (horticultura, aceite, flores…etc.) y mejor calidad. Por último, resalta la amenaza competitiva que suponen los países mediterráneos del Sur, y en particular la adhesión de Turquía por su alto potencial productivo.

El libro también analiza la sostenibilidad de la Cuenca y concluye que el déficit hídrico de la Cuenca (que en términos porcentuales sobre los recursos disponibles alcanza el 22,5%) sólo puede resolverse por una política mixta que actúe sobre la oferta y la demanda, aumentando la garantía de agua con nuevas infraestructuras, y reduciendo el consumo por la vía del ahorro y la mejora de la gestión. El estudio destaca igualmente que los sistemas de riego han mejorado notablemente en los últimos años gracias a las inversiones realizadas directamente por los agricultores.

Así, el Guadalquivir es la cuenca española con mayor porcentaje de riego localizado, que ya representa el 44% de toda la superficie regada. EL PNR H-2008 estimaba en el año 1999 una superficie de riego localizado a nivel nacional del 17%, frente a un 35,2% que estimaba el Inventario de Regadíos de Andalucía 1999 para la Cuenca del Guadalquivir. En los últimos cinco años, este sistema de riego eficiente ha experimentado un importante crecimiento de más de diez puntos porcentuales, que ha sido paralelo al descenso del riego por superficie, el más ineficiente, mientras que la aspersión se ha mantenido prácticamente en los mismos niveles.

Asimismo, el informe de Feragua pone de manifiesto que las dotaciones medias de las principales zonas regables de la Cuenca del Guadalquivir han pasado del entorno de los 7.000 m3/ha a los 6.000 m3/ha, lo que supone una reducción aproximada del 15% en su demanda de agua.

En cuanto a la repercusión de la DMA, el informe pone de manifiesto la necesidad de que cualquier variación en la política de costes de agua tenga como referencia las particularidades sociales y climatológicas del regadío andaluz. En el ámbito de las oportunidades, destaca que la desvinculación de las ayudas puede asegurar parcialmente la renta de los agricultores y que la cesión de derechos al uso del agua puede ayudar a resolver problemas de gestión en cuencas deficitarias.