La universidad tiene tres grandes misiones: académica, investigadora y de transferencia de conocimiento a la sociedad a la que pertenece. Las formas que toma esta transferencia de conocimiento son múltiples y varían en función de la universidad y de su entorno, de cómo  interaccionan entre sí.  Podemos hablar de círculos viciosos en los cuales universidad y entorno productivo viven de espaldas, lo cual hace que la actividad en la universidad no redunde en la sociedad a la que pertenece y viceversa, con lo que ambas se empobrecen y se hacen menos competitivas. Igualmente y de manera opuesta tenemos círculos virtuosos en los cuales el sector productivo y la sociedad en general se apoyan en la capacidad de investigación y desarrollo de su universidad, enriqueciéndose de los resultados de la misma, lo que a su vez oxigena esta actividad investigadora orientándola y dotándola de recursos.

Ricardo Chacartegui
Ricardo Chacartegui

En la actualidad, la Universidad española en general y en particular la Universidad de Sevilla (US) se encuentran en una situación más cercana a este círculo virtuoso. Existe una intensa actividad de transferencia que se refleja en las empresas basadas en el conocimiento emergidas desde la US, el elevado número de proyectos realizados para y en colaboración con empresas privadas, y el elevado número de patentes generado. El modo de transferir conocimiento a la sociedad es diverso.

El principal activo de transferencia de una universidad son sin duda sus egresados. Desde 2012, con la llegada del Rector Ramírez de Arellano, apostamos por un modelo de formación con el que consigamos que todos nuestros egresados presenten un perfil en T, lo que se conoce como T shaped people, modelo que combina un elevado conocimiento en una materia específica acompañado de una formación en capacidades transversales con las que puedan adaptarse  a unas circunstancias que cambiarán muchas veces a lo largo de su vida profesional. Entre estas competencias transversales se encuentra la capacidad de emprendimiento. Como universidad pública hemos realizado una decidida apuesta en este sentido. Nuestras razones son: compromiso con la sociedad que demanda que sus miembros con una mayor formación académica sean capaces de generar negocios de gran valor añadido y por tanto con una mayor capacidad de supervivencia; el compromiso con nuestros alumnos mejorando su formación y aumentando sus posibles salidas laborales y capacidad de adaptación  y finalmente  la calidad de nuestros egresados: la razón de ser de nuestros propios centros y titulaciones.

Además se transfiere conocimiento con docencia tanto reglada como específica según demanda, como por ejemplo en la US hacemos con el Centro de Formación Permanente, que se encuentra a disposición de cualquier empresa con necesidades formativas. 

Aportación de las empresas basadas en el conocimiento. Una de las principales herramientas a través de la cuales la Universidad de Sevilla contribuye al desarrollo económico y social de su entorno es la creación de spin-off, empresas cuyo principal activo es la tecnología y el conocimiento universitario. En nuestra universidad, la Oficina de Transferencia de resultados de investigación (OTRI) es la encargada de fomentar y apoyar la creación de este tipo de empresas, así como de gestionar las patentes para proteger los resultados obtenidos por sus investigadores y negociar los acuerdos de licencia y transferencia a las empresas interesadas en la explotación de los mismos. De hecho, una de las formas de valoración de estas patentes es precisamente la puesta en marcha de empresas spin-off que exploten estos resultados por parte de los propios investigadores inventores. Y en este sentido el concurso de ideas de negocio de la Universidad de Sevilla, que este año celebra su novena edición, es el principal mecanismo que tenemos para detectar iniciativas de creación de empresas.

Según los últimos datos incorporados a SABI – Sistema de Análisis de Balances Ibéricos-, las empresas basadas en el conocimiento de la Universidad de Sevilla generaron alrededor de 300 puestos de trabajo directos en los últimos cinco años, con una tendencia al alza de más del 70% desde el 2008. En cuanto a ingresos de explotación, es decir, ingresos obtenidos como consecuencia de la realización de la actividad típica de la empresa, se observa un incremento en los últimos cinco años, llegando prácticamente a los 40 millones de euros a cierre de 2012.

El estudio titulado ‘El sistema de patentes 2013’, realizado por Online Business School y publicado en septiembre del pasado año,  analiza cuáles son las tendencias de los diversos tipos de solicitudes de patentes que se realizan tanto en España como en Europa y las principales economías mundiales. En este informe, la US se encuentra entre las cuatro universidades que más patentes solicitaron a la OEPM en el último año analizado, 2012. Los datos muestran un total de 101 registros para este periodo, correspondientes a solicitudes nacionales y otras formas de protección, fundamentalmente programas de ordenador, extensiones por procedimiento PCT (patentes a escala internacional) y solicitudes de patentes extranjeras. Así, la US también se encuentra entre los principales solicitantes de patentes PCT con origen en España, siendo la única universidad que mantuvo una continuidad anual de más de 10 solicitudes a escala internacional en el periodo 2008-2012.

En este sentido cabe destacar el esfuerzo de la Universidad de Sevilla por extender la protección más allá de nuestras fronteras, incluyendo en el IV y V Plan Propio de Investigación, acciones concretas encaminadas a fomentar la internacionalización de las patentes. Como también es necesario destacar el compromiso e impulso de la Universidad de Sevilla con el emprendimiento. Acaba de finalizar el plazo de recepción de solicitudes para la IX edición del concurso de ideas de negocio de la US, un concurso que el año pasado recibió casi 200 propuestas empresariales por parte de alumnos e investigadores y que este año, al igual que en la ediciones anteriores, apuesta no solo por premiar económicamente a las mejores y más innovadoras ideas relacionadas con el conocimiento universitario, sino también por dotar a la comunidad emprendedora de la US de las herramientas y capacidades necesarias para que puedan autoevaluar y decidir poner en marcha sus proyectos empresariales con paso firme.

Si bien es cierto que los primeros emprendedores de la universidad estuvieron en la escuela de Ingenieros, hoy hay ejemplos en todas las materias, desde la informática a las humanidades o la comunicación. Así, por segundo año consecutivo, se han impartido numerosas charlas de fomento del espíritu emprendedor por todos los campus de nuestra universidad. Todo ello orientado a un único objetivo: ser agente activo para una sociedad y un entorno productivo más competitivos.

Ricardo Chacartegui, director de la OTRI de la Universidad de Sevilla