Se habla y escribe mucho sobre productividad y se relaciona con los salarios: mayor productividad, mayores salarios y viceversa. Creo que se vinculan dos cosas que hasta cierto punto se contradicen, porque el aumento de la productividad, es decir, mayor producción por hora -es la acepción más general, dada a esa palabra- va implícita la idea de productos más baratos. No tendría mucho sentido una subida de salarios, porque el coste de la vida, podría bajar.

Pero obtener mayor productividad -si hablamos seriamente- no consiste en un aumento de los ritmos de producción, como se caricaturiza en tiempos modernos, del genial Chaplin, elevar la productividad significa aplicar nuevas tecnologías a los procesos de producción, que llevan aparejado inversión, formación del personal, etc. En suma es todo un proceso de inversión que depende del tipo de industria que se esté considerando y de la rentabilidad de la inversión.

Por otra parte, se debe tener presente el tejido industrial que prevalece en la rama considerada. Poco ayuda a la aplicación de técnicas que aumenten la productividad, el fraccionamiento, la mini industria, que caracteriza al conjunto de la industria en España. Sería deseable una reestructuración en unidades de mayor potencial productivo.

Como se puede apreciar, por lo que digo, el proceso no es fácil, si muy necesario, pero que llevará sus años. Recomiendo que se estudie las posibilidades de cada empresa, dando participación fundamental a todos los trabajadores, para que busquen caminos adecuados.

Ahora bien, ¿cuándo la subida de los salarios? La respuesta es sencilla: cuando disminuya significadamente su poder adquisitivo. En eso deben de estar interesados, en primer término, los empresarios porque ellos deben de estar interesadísimos que el mercado no pierda capacidad de compra y el mercado lo constituyen en su mayoría los asalariados. Si no se compra no hay pago del costo ni beneficio. Así es como lo tiene previsto el sistema económico. Por ello es totalmente lógico que los salarios, su poder adquisitivo, siga la tendencia de los precios, del coste de la vida.