Aprovecho la resaca de las últimas elecciones al Parlamento Europeo para incidir en la tendencia de las políticas de la UE en materia de trabajo autónomo. Ya comentamos en estas páginas que una de las últimas Resoluciones que emitió el Parlamento, el 14 de enero de 2014, referente al trabajo por cuenta propia, instaba a los estados miembros a tomar medidas respecto a las regulaciones nacionales que lo homogenicen en todo el territorio UE, con la finalidad de eliminar barreras a la libre circulación de estos trabajadores así como los niveles de protección social. Esta Resolución, también insta a los 28 a establecer medidas contra los falsos autónomos que al parecer están “proliferando” con la crisis. Aunque es cierto que estas situaciones se producen, no consideramos que al menos en España, sea tan generalizado;  quizás porque es el único Estado miembro que tiene reconocida legalmente la figura del Trabajador Autónomo Económicamente Dependiente, el TRADE.

Inés Mazuela Rosado
Inés Mazuela Rosado

Según el seguimiento estadístico que viene realizado UPTA a nivel nacional, a partir de los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España al finalizar el primer trimestre del año 2014 había 271.700 TRADES, lo cual supone un 13’3% de los trabajadores por cuenta propia que no tienen asalariados  a su cargo y manifiestan tener un único cliente o un cliente casi en exclusiva. Y la tendencia sigue al alza: 6.500 TRADES más durante el primer trimestre del año.

Los datos reflejan que este sistema de trabajo se consolida en la estructura del mercado laboral español y en la propia estructura del resto de países comunitarios. Como pone de manifiesto y hemos comentado, la reciente Resolución del Parlamento Europeo y los trabajos que se están desarrollando en la Oficina Estadística de la Comisión Europea (EUROSTAT), que avanzan en la idea de la necesidad de cuantificar este colectivo para adecuar la legislación a sus especiales características. El informe elaborado por UPTA muestra también que del conjunto de los TRADES, el 68’8% manifiesta tener un único cliente y el 31’2% un cliente casi en exclusiva. Son precisamente los TRADES con un único cliente los que más aumentan, un 7,6% en el primer trimestre del año 2014, frente al decrecimiento del 7,4% de los TRADES con un cliente casi en exclusiva. Por sectores económicos, la construcción registra el 8,1% del total de TRADES en España; la industria, el 9,2%; la agricultura, el 12,0%, y los servicios, el 70,8%.

Sin embargo, de éstos, sólo algo más de 15.000 se han inscrito en el  Registro de Trabajadores Autónomos Económicamente Dependientes, por lo que las coberturas previstas por el Estatuto del Trabajo Autónomo no llegan a un colectivo cada vez mayor. Por ello, deberíamos de fomentarla para evitar situaciones fraudulentas que a veces se confunden con esta figura. De hecho, desde UPTA consideramos que este mismo año, el Gobierno debería de estudiar alguna modificación en la Ley con el fin de flexibilizar las condiciones de acceso a esta figura laboral y con ello asegurar los derechos básicos a estos trabajadores. Porque debemos partir de una premisa trascendental en este tema: un TRADE no es un falso autónomo. Y esto es rotundo. El falso autónomo es un fraude y como tal está sancionado en nuestra legislación, con multas de entre 626 y 6.250 euros. Se trata de relaciones laborales encubiertas que hacen que el trabajador se vea desprovisto de la cobertura social y los derechos que otorga el Régimen General y de los derechos y beneficios que podría tener siendo TRADE propiamente dicho.

Considero que parte del problema del Trabajo Autónomo en Europa, reside en que, no sólo que existan diferentes legislaciones entre los estados miembros, sino que ni siquiera en el propio Derecho comunitario existe una definición clara sobre el trabajo autónomo, y mucho menos del TRADE. Este nuevo Parlamento que hemos elegido, debe hacer frente a esta materia a la mayor brevedad, en tanto que desde las instituciones europeas se reconoce que en la reactivación económica de Europa, los autónomos se presentan como pieza clave e imprescindible.

Y España podría servir de ejemplo, al menos en el reconocimiento legal que tiene el Trabajo Autónomo gracias al Estatuto así como las Asociaciones Profesionales que lo representan. No obstante, no quiero parecer chovinista. A nosotros nos queda mucho por hacer. Pero quizás el empujoncito que necesitan nuestros Gobiernos, si viene solicitado por Europa, venga antes y puede que mejor.

Inés Mazuela Rosado, secretaria general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de Andalucía (UPTA Andalucía)