Hablaba con mi amigo Don Contradictorio sobre las confusiones que le producían los términos del título de este articulillo, a los que añadía el de mercados financieros.

– Hombre yo no soy economista, pero te daré mi opinión. Entidades financieras. Son todas las que dan créditos. En nuestro país: bancos y cajas de ahorro y algunos fondos. Por lo general, en España, se dan créditos para financiar actividades económicas que contribuyen al desarrollo del PIB. Por ejemplo desarrollo de líneas de producción para fábricas en las que gracias al trabajo se aumenta el valor de las materias primas. Pero, por ejemplo en los EEUU, hay otras entidades que, utilizando la llamada “ingeniaría financiera”, venden “productos”, con promesas de grandes beneficios, que no se basan en la creación de valor, y en realidad, lo que hacen, es gracias a la venta de esos “productos”, enriquecerse con el capital que tiene el comprador. En el primer caso se benefician, en diferentes formas, muchas personas, en el segundo caso el que vende los productos financieros, que pueden estar dados a crédito.

Por el desarrollo del sistema económico capitalista, las entidades o individuos dedicados a actividades ilustradas por el segundo ejemplo, han adquirido un poder preponderante a nivel mundial y dominan el llamado mercado de capitales y busca invertir en productos que le garanticen ganancia segura, con mínimo de riesgo, como por ejemplo bonos de deuda de países y con ello, dominan este mercado a nivel internacional.

Por ello imponen condiciones específicas, que son las que consideran obligatorias para cada vendedor de bonos de deuda. Te compran deuda, si cumples lo que piden. La necesidad de dinero es lo que nos ha obligado a aceptar las condiciones exigidas.

– Pero dime, me preguntó mi amigo, ¿no se puede controlar a esta gente?
– Te diré que es necesario hacerlo, porque el mundo no puede vivir al dictado de semejantes grupos financieros, que causaron la crisis actual, se han fortalecido de nuevo y que operan, en gran medida desde los llamados paraísos fiscales. Este hecho delictivo, sería razón suficiente para perseguirlos, pero los gobiernos no se ponen de acuerdo en crear una organización internacional que supervise las actividades de ese capital financiero que actúa como un verdadero virus nefasto para el desarrollo de la economía mundial. Se necesita ese control, igual que es necesario el control que hace la Organización Mundial de la Salud, la organización que se ocupa del buen uso de la energía nuclear, etc. Pero los “lobbys” de capital financiero, de la especulación financiera, tienen mucho poder. Hace pocos años, el gurú Soros, obligó a devaluar la libra esterlina. El poder que tienen sólo se les podrá controlar con la fuerza de la opinión pública a nivel mundial o al menos europeo.

Bueno ya te he dicho bastante y me estoy pasando de palabras.

– Pues estamos ‘apañaos’ -me contestó Don Contradictorio.

– Al final se conseguirá, yo no lo veré, pero se conseguirá -le dije.