Me decía Don Contradictorio que se había apuntado a una oferta del Inserso, para pasar unos días de vacaciones en un pueblo al borde del mar, rodeado de pequeñas colinas. Un paraje verdaderamente hermoso que te permitía desde lo alto de las colinas, regalar a tu vista con el mar abierto y disfrutar, al atardecer de una brisa refrescante con intensos olores marinos. Pero el problema estaba en las escaleras que te conducían a la cima, por la diversidad en la altura de los peldaños, muchos de difícil acceso, por no mencionar los numerosos sin baldosas o con baldosas rotas que eran un peligro en la subida y aún peor en la bajada. Por los peligrosos tropezones, que los visitantes daban. En resumen, que las escaleritas de marras eran un peligro público, en lugar de prestar un agradable servicio… al público.

Se quejaron en el Ayuntamiento y como explicación les dieron la razón y que estaban en pleito con el constructor, por la chapuza de las escaleras.

Razoné con mi amigo, que en efecto, esa chapuza era la consecuencia de varias razones:

1º La no exigencia por parte del Ayuntamiento del cumplimiento de los requisitos del pliego de condiciones, que el constructor debe cumplir. A saber si ese documento existía y, si así fuera, a saber su contenido.

2º Falta de control de calidad de los materiales suministrados, de los medios para ejecutar la obra y del proceso detallado de la ejecución.

3º Falta de medios técnicos para cumplir con las técnicas adecuadas a ese tipo de construcción.

El ejemplo que relatamos, ejemplo tomado de la realidad y del que nos callamos lugar y nombres. Es un ejemplo, quizá no tan generalizado, de la importancia de exigir en las obras urbanas, por sencillas que parezcan, los requisitos obligatorios que deben ser cumplidos en calidad y medios técnicos, para así conseguir un resultado aceptable. Descuidar cualquiera de los aspectos que mencionamos es ir a altos costos y no dar los servicios que el público pide. Ahora, el constructor será condenado a rehacer toda la escalera. ¿A qué costo? Y ¿qué productividad obtendrá al final de la obra?

En los momentos de crisis que estamos padeciendo, hay que poner especial empeño en lo que hemos defendido desde esta columna: "hacer las cosas bien hechas, a la primera".