Hablemos de sistemas. La pregunta es qué entendemos por sistema. Diría que dentro de un ámbito determinado, se compone de elementos vinculados  -que a su vez pueden ser sistemas- y que, cada uno, desarrollan una actividad con un objetivo -objetivo del sistema- . El sistema recibe información del resultado de su actividad -realimentación- que le permite ajustar la misma para conseguir su objetivo. Añadiré que el sistema tiende a ser eficiente.

El conjunto de una empresa es un sistema y su objetivo principal es sobrevivir y obtener beneficios. Pues bien, el sistema ISO es un texto en el que se recoge la experiencia  de organización empresarial, buscando calidad y  eficiencia. Por eso el sistema ISO, no es un dogma o una receta, es una guía que hay que aplicar en forma creativa, basándose en la experiencia propia de la actividad empresarial. Con frecuencia se comete el error de aplicar esta norma, sin tener presente la experiencia propia de la empresa y se acaba creando un sistema burocrático, paralizador, que perjudica el funcionamiento de la empresa, lo complica. Eso es contrario al sistema ISO. Sé que lo malo es que hay auditores que no lo tienen en cuenta. Son auditores nocivos. Hay que defenderse de ellos. Con una aplicación creadora -no dogmática- de las normas ISO, mejorará la calidad y la eficiencia de la empresa.