– Pero, ¿qué titulo has elegido para el articulillo que escribimos los dos?- Me dijo, con cierta indignación, Don Contradictorio.

-Cálmate -le contesté- porque de lo que voy a tratar es del turismo y al final comprenderás por qué digo lo del "mono". Estate tranquilo que no aludo a ti, si fuese así, diría "mico".

Todo el mundo sabe que el turismo es una industria. Fundamental para Andalucía. Y, en estas tierras, hay que atender bien a los turistas que nos visitan. Pero en mi opinión, lo que hay que garantizar es la sostenibilidad de la industria turística. Para ello hay una receta, aplicable a toda actividad industrial. Es la innovación. En el caso de la actividad turística es muy necesario no caer en la rutina y tener una oferta rica y variable, para que los turistas tengan una amplia variedad en la que seleccionar sus quehaceres diarios. Lo que debemos pretender es que cuando el turista se vaya, no diga "adiós" sino que diga "hasta luego". Por ello es necesario crear en ellos "el mono" de Andalucía.

Eso se ha sabido hacer con parte del folclore andaluz. Me refiero a los diferentes bailes típicos que tanto éxito tienen en un país tan lejano como Japón. Es una experiencia que debemos estudiar profundamente, para sacar las enseñanzas que puedan aplicarse a otras actividades, para que creen el "mono" de Andalucía en nuestros visitantes.

-Bueno ya estoy más tranquilo -dijo mi amigo- ahora dime qué hago yo para lo del "mico".

-Lo del "mono" -le corregí-, no hablo de ti.

Pues mira, yo tengo grabado en mi memoria ese paisaje de la serranía de Jaén, que es un mar de olivos, que en su verdor se pierden en el horizonte. He visto olivos de más de 500 años, que siguen dando olivas y ¡de qué manera! Ese espectáculo, el mar de olivos y la serranía es único, y crea añoranza, y aún más si lo contemplas asociado a un cante, cualquiera de sus palos. Te impone el respeto del trabajo del hombre, el respeto de la Naturaleza y el Hombre. Y si a todo ello añades la lectura pausada y bien entonada del poema del malagueño Emilio Prados a los olivareros, sin duda, que te quedarás en respetuoso silencio.

– Bueno, me lo has aclarado -dijo mi amigo- tengo que enviar a los japoneses a la serranía jienense, para que les de el "mono". Anda que como les de por comer olivas van a tener un "mono amargao".

Comprenderá el lector que no respondí y renuncié a que Don Contradictorio me comprendiera.

Sí le digo al lector que tenemos que conseguir hacer del turismo una actividad sostenible, para con ese fin, pensar en las innovaciones que puedan inspirar a nuestros visitantes un "hasta luego" en lugar de un "adios". En resumen, que les entre el "mono" de Andalucía.

luisazcaratediz@yahoo.es