– Mira -me dijo mi amigo- yo no sé si las empresas de servicios deben de ser privadas o de la Administración, a mí lo que me interesa es que a un precio adecuado, me garanticen un buen servicio y por ello de calidad. Si son privadas es obligatorio que obtengan un buen beneficio, porque de lo contrario los accionistas protestarán, y si te he visto no me acuerdo, invertirán en otras compañías que les de más beneficio. Eso me parece normal. Pero también me digo que ese beneficio sale de nosotros, los clientes. Pues me vuelvo a decir que nos lo podían repercutir en lo que nos cobran y ser empresas sin beneficios, o que dependan de la administración y que seamos todos, a través de los impuestos los que financiemos ese tipo de empresas.

– Bueno, amigo Don Contradictorio, te has vuelto un economista de postín. Te diré que no discrepo de tu opinión, pienso que lo mejor, lo más seguro para la sostenibilidad y continuidad del servicio es que el dinero que recibe de los clientes, se invierta en ellos y en garantizar la calidad. Una empresa privada, claro que tiene que obtener beneficios, para sus accionistas. Por lógica si es empresa sin beneficios, sus ingresos se invertirán en su desarrollo. En el caso que sea una empresa que se ocupe de servicios fundamentales para garantizar el "estado de bienestar" (agua, electricidad, sanitario, educación y otros), la administración tiene que garantizar que el ciudadano pueda disfrutar de esos servicios y que sean de la calidad necesaria. Cuando todos los proporcionan empresas privadas, eso no está garantizado y no hay medios de presión suficientes para que el público, es decir los clientes, ejerzan la debida presión para hacerse respetar.

– Pero lo que se dice -me contestó mi amigo- es que si  las empresas son de la administración, les entra la desidia y la indiferencia a los empleados y  abandonan sus obligaciones.

– Eso -le contesté- es un "mal decir". Es lo típico, la manía de generalizar la excepción. Desaprensivos se pueden encontrar en todas las partes, pero no es eso lo que caracteriza a los funcionarios o empleados de la administración. Los partidarios de privatizar todo, no tiene respuesta al beneficio que tiene que recibir los accionistas, como antes queda dicho, y su influencia en las disponibilidades de inversión. Cuando hablamos de sostenibilidad de un servicio, estamos hablando -muy fundamentalmente- de capacidad de inversión, porque hay que reponer los que con el uso se desgasta y ampliar lo que la demanda requiere. Cuando hablamos de calidad de servicio, hablamos de inversión, porque hay que hacer lo que antes decimos: renovar lo usado y ampliar lo que se ha quedado pequeño, pero además debemos aplicar nuevas tecnologías que nos garanticen más calidad y también más productividad. Así podremos atender con más mejor a nuestros clientes. Y como decimos todo ello se resume en mayores inversiones.

– Por supuesto -querido amigo- que las empresas privadas pueden jugar un importante papel en la actividad de servicios, como en educación, pero añadiría que la administración debe garantizar al ciudadano. Que pueda beneficiarse de ellos. Que las empresas privadas deben desempeñar un papel fundamental en la economía, lo tengo claro, porque yo mismo soy empresario -me dijo mi amigo-, pero también digo que los empresarios tenemos que responder de nuestra gestión a nuestros accionistas y en segundo término a nuestros clientes, que lo forma parte del público. Pero las empresas de servicios de la administración, tienen que responder en primer término al ciudadano, que es a quien tienen que servir, con la calidad necesaria. Sé que este tema es muy discutido o discutible, pero mi opinión es que hay actividades suficientes para que quepan todo tipo de empresas y se satisfaga convenientemente las necesidades de la población, que de eso se trata.

luisazcaratediz@yahoo.es