El Congreso de los Diputados aprobó ayer 28 de junio definitivamente los Presupuestos Generales del Estado de 2012, los Presupuestos “de la austeridad, el rigor y el compromiso con la reducción del déficit público siendo esta la manera de comprobar que España y el Gobierno están comprometidos con la estabilidad presupuestaria como base como clave para la recuperación del euro y la confianza en la moneda única”, según señaló el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.

El ministro valora esta aprobación definitiva apenas unas horas antes del inicio de una Cumbre Europea “importante y decisiva para la estabilidad del euro”, y cuyo objetivo es dar credibilidad al euro y corregir el déficit público, “para convencer a los mercados que el euro es un proceso irreversible”, añadió el ministro.

Los Presupuestos aprobados realizan un importante esfuerzo en el control del gasto con el fin de reducir el déficit público y alcanzar el objetivo de estabilidad presupuestaria. Garantizan que el conjunto del sector público inicie una senda de requilibrio que aporte credibilidad a la evolución futura de la deuda y déficit públicos.

Junto a un conjunto de medidas de austeridad, los Presupuestos para 2012 incluyen medidas extraordinarias de incremento de ingresos, lo que no hace otra cosa que confirmar el serio y firme compromiso de España ante una situación límite que se confía en superar para volver a la senda de la recuperación económica y recuperar así la confianza perdida.

Los Presupuestos del Estado de este año contemplan una reducción del conjunto del gasto de los Ministerios de los 16,9% excluidas las obligaciones de ejercicios anteriores, hasta un total de 65.803 millones de euros. El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación reduce su gasto el 54,4%; el de Industria, Energía y Turismo baja su gasto el 31,9%, mientras que el de Hacienda y Administraciones Públicas el 22,9%. El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte contará con un 21,2% menos de recursos y el Ministerio de Fomento los 34,6%, excluidas las obligaciones de ejercicios anteriores.

Las inversiones reales caerán del orden del 19,6%, al tiempo que se reducen partidas importantes en transferencias.